Cuando comenzamos una dieta, pensamos que lo primero que debemos dejar de lado es el consumo de comidas grasosas. Esto es cierto, pero ahora los expertos están aconsejando no cortar por completo las comidas con grasa por una poderosa razón.
La mayoría de las personas que hacen dieta probablemente considerarían que un refrigerio saludable bajo en grasa es más atractivo que no comer nada. Pero, de hecho, podría dejarlos con más hambre, dicen los expertos.
Esto se debe a que etiquetas como “saludable” y “bajo en grasas” pueden hacer que las personas piensen que se han visto privadas de una comida más abundante y satisfactoria.
Experto pide incluir en las dietas algunas comidas con contenido grasoso
El impacto psicológico de esa sensación de perderse puede ser tan poderoso que puede aumentar el apetito de una persona incluso más que si no hubiera comido nada.
El escritor científico David Robson dijo que los hallazgos podrían explicar por qué hacer dieta puede ser tan difícil: es casi como si tu cerebro estuviera en tu contra. “La mayoría de las personas que han estado a dieta reconocerán la sensación de morirse de hambre después de comer algo descrito como saludable”, dijo.
“Una etiqueta saludable crea la expectativa de privarse y no comer lo suficiente”. Robson agregó que, para sentirse menos privados, las personas que hacen dieta deben evitar los alimentos blandos y agregar especias y sabores fuertes a sus comidas.
“De lo contrario, las punzadas de hambre, de su cerebro que le dice que la comida saludable no lo llenó adecuadamente, hacen que sea más probable que coma un refrigerio”, dijo a New Scientist Live en Manchester.
Señaló que, en muchos casos, los alimentos más saludables son, de hecho, más abundantes, ya que contienen más fibra, lo que deja a las personas satisfechas por más tiempo. En 2010, investigadores de la Universidad de Chicago dieron a 51 personas una barra de proteína o nada para comer y luego les pidieron que calificaran su nivel de hambre.
Los que dijeron que la merienda era “una barra de salud que contiene proteínas, vitaminas y fibra” sintieron más hambre que los que dijeron que era “muy sabroso y delicioso” y los que no recibieron nada.
Y un estudio de 2011 de la Universidad de Yale descubrió que las personas que recibieron un batido de 380 calorías y les dijeron que eran 140 calorías “sensibles” sintieron más hambre que las que dijeron que eran 620 calorías “indulgentes”.
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