Una de las participantes más reconocidas del reality “Gran Hermano”, Trini Cerda, está poco a poco cumpliendo su sueño que es trabajar con fundaciones enfocadas en las personas y juventudes LGBTQ+, deseo que manifestó en numerosas ocasiones durante su tour de prensa post reality.
Este martes ella participó de una jornada de la fundación “Todo Mejora”, en asociación con Nivea, para el lanzamiento del programa “Familia a Colores”, que busca darle apoyo a niñes y adolescentes en procesos identitarios. Trini publicó un extenso mensaje en su cuenta de Instagram detallando su jornada. Ella sacó a relucir sus habilidades narrativas y relató su día.
“Mi alarma empezó a sonar desde temprano, había estado esperando este evento desde hace varias semanas. A pesar de tener sueño y estar cansada, me levanté con entusiasmo, elegí una falda larga, unos zapatos altos y una blusa que hiciera juego perfecto”, comenzó.
“Me sentí un poco preocupada al no saber contestar con tanto lenguaje inclusivo como el resto si lo hacía, entendí que tenía tanto aún por aprender”, agregó.
Su experiencia en la jornada
Trini aseguró que se acercó al director de la Fundación, Matías Trujillo, y aparte de agradecer, le preguntó en qué podría ayudar. Él le señaló, con mucho cariño, que podría hablar de sus motivaciones por estar en el evento, y acompañarlos en esta instancia.
“Rápidamente se acercó una cámara acompañada de un micrófono. Respiré profundo y empecé a hablar sobre mi testimonio de vida, de cómo quisiera entregar mi historia al servicio de niños, adolescentes y jóvenes. En cuestión de segundos, las lágrimas empezaron a escaparse de mis ojos y me puse colorada como tomate”, afirmó.
“Pedí permiso y corrí al baño. Me miré al espejo, me limpié la cara y en silencio lo entendí... Parte del propósito de haber entrado a un reality show era estar aquí hoy, ofrecer mi ayuda y unirme a una fundación para poder llegar a personas que necesiten esperanza y refugio”, continuó Cerda.
“Respiré de nuevo y volví a la entrevista. Esta vez pude hablar de corrido, sin llorar, sin titubear y con seguridad. Enderecé mi espalda, sonreí de oreja a oreja y comencé a saludar a todos, a conocerlos y a sentirme cálida en una nueva casa, un nuevo hogar para mí y para muchos más que estaban por venir”, cerró Trinidad.