La mañana del martes el ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier aseguró que durante el año 2017, se aplicará la restricción vehicular para los automóviles catalíticos previos al año 2011, la medida entrará en vigencia desde el 1 de mayo y terminará el 31 de agosto.
Durante la evaluación realizada por el ministerio, más conocida como Gestión de Episodios Críticos, que es el periodo de más alta probabilidad de concentraciones de material particulado en la Región Metropolitana, se logró señalar, que este año ha sido el mejor desde que hay registro de material particulado fino en la capital. Hubo una disminución de un 18% en lo que respecta a la emisión del dañino material.
Para el Safety Manager de Servicio Automotriz León, Nicolás Aguayo la medida se ajusta a un tema más técnico: «Una de las razones de la restricción permanente es por la medición más estricta que se está realizando, si antes se decretaban episodios por MP 10 (el material particulado más grueso), ahora las decisiones se toman en base al MP 2.5, más dañino para la salud de las personas (material particulado fino). Lo bueno de esta restricción permanente es que disminuirá el tiempo de desplazamiento en la capital, lo que ayuda a la descontaminación de la misma», señaló el profesional.
Cabe destacar, que el convertidor catalítico es una unidad utilizada para controlar y reducir los gases contaminantes que son expulsados por el motor de combustión interna en los vehículos, ya sean a gasolina o diesel, a lo que Aguayo señala: «Todos los automóviles fabricados a partir del año 1994 cuentan con este sistema, razón por la que cuentan con sello verde»
La medida indicada por el Ministro Badenier, dejó a los vehículos menores al año 2011 fuera y muchos se preguntaron cuál fue la razón. Nicolás Aguayo señaló que: «El límite para las partículas en Euro VI es el mismo que se había establecido ya con la norma Euro V, así que desde enero de 2011, la venta de autos nuevos bajo la norma Euro V y todos los autos con un motor diesel o petrolero cuentan con un filtro de partículas. Es un elemento en la línea de escape del motor, que hace de trampa para más del 99,5 % de las partículas sólidas en suspensión que hay en los gases de escape (el hollín o carbonilla que generan, y que se ve como humo negro saliendo del tubo de escape). Aún así no es infalible al 100 % y no puede retener todas las partículas más finas (menores en cantidad, pero muy nocivas). Los coches diésel Euro VI siguen llevando igualmente filtro de partículas, incluso se exigiría a los buses del Transantiago contar con la norma Euro VI», explica el profesional de Servicio Automotriz León.
Otra disposición, incorporada en el informe final del Ministerio, tiene relación con la reducción de contaminación que deberá efectuar la industria, en el sector privado no hay objeciones a esta exigencia, pues se asegura que las compañías han realizado altas inversiones en tecnología para dar cumplimiento a las metas. El programa también incluye la prohibición de la quema de leña durante el invierno, la que genera un 36% de la carga de polución en Santiago, aliviando así la vida de miles de capitalinos.