Primero fue el cierre de las botillerías en zona de cuarentena, y ahora, la idea de algunas autoridades es dar por finalizada la venta de alcohol en todo el país mientras dure el estado de catástrofe por coronavirus.
La idea, impulsada por la diputada Ximena Ossandón, llegó a las manos del Gobierno tras el pedido formal de la parlamentaria cuyo principal argumento es que el alcohol no representa un producto de primera necesidad, y que más bien, aumenta los síntomas de depresión y ansiedad en situaciones de encierro.
“Todos sabemos que el consumo nocivo de alcohol está asociado con riesgos no solo para los bebedores, sino también para otros. Una persona ebria puede poner a otros en peligro a través de comportamientos violentos que afecten a sus parejas e incluso a sus hijos”, expuso la diputada del distrito 12.
«Estamos en una situación de emergencia total y hay mucha gente que va a supermercados a comprar cerveza o licor para diversión personal, provocando incluso aglomeraciones que no tienen ningún sentido en este momento de aislamiento y distancia social», argumentó.
Ossandón también apuntó con la venta de alcohol a domicilio: «Ni hablar de los delivery que siguen vendiendo a diestra y siniestra alcohol, sin que sepamos con certeza si la venta la están haciendo también a menores. En las comunas cuarentenadas además es muy injusto que estén cerradas las botillerías y no los supermercados o los delivery. Es un contrasentido total», cerró.