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Desde caramelos hasta fruta fresca: la maravillosa campaña de una niña de 11 años que cumple los simples deseos de ancianos que viven en asilos

Una simple pregunta le cambió la vida a Ruby Kate Chitsey y con ello también a cientos de abuelos que residen en asilos de ancianos en la zona de Harrison, Arkansas.

La niña de 11 años acompañaba a su madre a su trabajo durante las vacaciones. La mamá, es enfermera geriátrica y trabaja en 5 residencias, señala edition.cnn.com.

La menor la ayudaba en algunas cosas, pero pasaba largos períodos de aburrimiento y nunca pensó que eso la llevaría a realizar una obra maravillosa con los ancianos.

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Un día, se sentó junto a una mujer que estaba en silla de ruedas y que miraba por la puerta de salida. Afuera no había nada “interesante” y por eso le preguntó qué estaba viendo con tanta atención.

La anciana le dijo que estaba mirando a su perro de 12 años que había venido a verla y que no sabía cuánto tiempo pasaría para estar nuevamente con él.

Ruby dice que la cara de Pearl, como se llama la mujer, estaba muy triste y que decidió volver a traer al perro con algunos de sus ahorros, ya que pagarle a un cuidador de mascotas para que trajera al perro costaba 12 dólares.

Sin embargo, la niña fue más allá, y comenzó un proyecto que denominó “Tres Deseos”. Tomó un cuaderno y comenzó a preguntarle a los ancianos qué le pedirían si ella pudiera traerles tres cosas.

La menor pensó que muchos solicitarían cosas inalcanzables, pero se sorprendió al ver lo simple de sus peticiones, con cosas que los ayudarían a alegrar un poquito su día.

“Un pantalón que le quedara bien” fue la petición de un abuelo, fruta fresca pidió otro, unas salchichas, libros nuevos, un teléfono para hablar con su hija, caramelos, chocolates, papas fritas de McDonald’s, zapatos nuevos e incluso unos Cheetos, eran parte de los deseos.

En el Facebook Three Wishes for Ruby’s Residents comenzó a juntar dinero para cumplir las peticiones, pero su madre fue más allá, creó una campaña en GoFundMe y en menos de dos meses la recaudación casi llega a los 62 mil dólares.   

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Lo que comenzó en una de las residencias de ancianos, luego se extendió a las 5 en que trabaja su mamá y además de los regalos que pide cada abuelo están entregando almohadas lumbares, ortopédicas e incluso “muñecas que parecen bebés reales” para que las personas las sostengan y no se sientan tan solitarias.

Ruby nunca esperó que su idea tuviera tal repercusión, pero ahora sueña con que “Three Wishes” pueda expandirse a todos los hogares de ancianos de EEUU.

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