Pasó hace cinco meses pero la familia de «Kika» lo recuerda como si fuera ayer, cuando su vecino entró enfurecido reclamando que el animal le había robado su asado y que cobraría venganza.
No pensaron que ese ataque de ira pasaría mayores, ni que su querida mascota moriría baleada por el sujeto a la vista de su hijo de 10 años, dueño de «Kika».
El niño jugaba con sus amigos mientras ocurría la pele, pero vio com el sujeto sacaba el arma y disparaba sin piedad al animal, provocándole un shock nervioso que lo ha dejado con pesadillas y terrores nocturnos.
«Mi hijo tiene pesadillas. Se quedó con el trauma de que nunca pudo ayudarla. No se olvida de su mirada”, explicó la mamá del menor, Ivana Mansilla, quien tras el ataque se querelló contra el autor de los disparos.
Pero si haber visto como su amiga era baleada no fue suficiente, el atacante le dijo al menor que debía pagarle o limpiar la sangre que había quedado tras la muerte de Kika.
Juicio
El responsable del ataque deberá ahora enfrentar a la justicia, luego que los tribunales de Córdoba le interpusieran una multa de $300 mil -unos cinco millones de pesos chilenos- por «infracción a la ley contra crueldad animal, daño y amenazas».
De acuerdo con la legislación argentina, el maltrato animal es un delito sancionado por el Código Penal y considera condenas de cárcel de entre los 15 días y un año.
El caso de «Kika» ocurrió unas semanas después que la justicia trasandina condenara a un peluquero de 37 años por agredir a «Chocolate», despellejarlo vivo y lanzarlo a la calle para que muriera.