La tarde del martes fue dura para los fanáticos de Demi Lovato, luego que a través de las redes sociales comenzara a circular el rumor que la cantante había recaído en sus adicciones y habría sufrido una sobredosis de heroína.
La voz de «Sorry not sorry» había sido trasladad desde su casa en Hollywood Hills en un nuevo episodio de su vida luchado contra el abuso de sustancias. Lovato, de 25 años, se había mantenido alejada de la cocaína por seis años tras un tratamiento en un centro de rehabilitación.
Un alejamiento que habría roto el mes pasado, luego de que se conociera que su canción «Sober» revelara que había vuelto a caer en el abusos de las drogas.
El caso de la cantante ha puesto en evidencia una vez más la dramática lucha que existe en Estados Unidos contra la epidemia de heroína que enfrenta y cómo el consumo de esta fatal droga sigue creciendo constantemente.
¿Qué es la heroína?
Según la información que publica el National Institute on Drug Abuse de los Estados Unidos en u página web, la heroína es una droga opioide hecha de morfina, una sustancia natural tomada de la vaina de las diversas plantas de adormidera cultivadas en el sudeste y suroeste de Asia, México y Colombia.
Puede ser un polvo blanco o marrón, o una sustancia pegajosa negra conocida como heroína de alquitrán negro. Otros nombres comunes para heroína incluyen H grande, caballo, polvo de infierno y golpe.
El consumo se produce a través de inyecciones e inhalación, aunque hay casos en los que también la fuman mezclada con cocaína y crack, en una práctica llamada speedballing.
¿Cuáles son los efectos?
«La heroína ingresa al cerebro rápidamente y se une a receptores opioides en células ubicadas en muchas áreas, especialmente aquellas involucradas en sentimientos de dolor y placer y en el control de la frecuencia cardíaca, el sueño y la respiración», explica el National Institute on Drug Abuse y detalla que las personas que usan heroína informan que sienten «prisa»(una oleada de placer o euforia). Sin embargo, hay efectos comunes que incluyen boca seca, enrojecimiento caliente de la piel, sensación de pesadez en brazos y piernas, náuseas y vómitos, picazón severa, funcionamiento mental nublado en un estado de ida y vuelta de ser consciente y semiconsciente.
Cabe mencionar que la heroína a menudo contiene aditivos, como azúcar, almidón o leche en polvo, que pueden obstruir los vasos sanguíneos que conducen a los pulmones, el hígado, los riñones o el cerebro, causando daños permanentes.
A ello se suman los riesgos de compartir el equipo de inyección de drogas lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis.
Droga mortal
Según el informe del 2017 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), cada año mueren en el mundo 190.900 personas por consumo de estupefacientes.
La región que tiene la mayor proporción de muertes es América del Norte, con 172,2 cada millón de habitantes. En segundo lugar aparece Oceanía (102,3), seguido por África (61,9), Europa del Este (55,6), Europa Occidental y Central (26,4), Asia (22,5) y América Latina (14,9).
Estados Unidos es el país que tiene el mayor número de fallecimientos por consumo de drogas en términos absolutos: 52.404 anuales para la UNODC y es también el que lidera el ranking de mortalidad cada millón de habitantes, con 245,8.
En segundo lugar está Suecia, con una tasa de 124,5. La lista de los primeros 15 se completa con Australia (116,2), Ucrania (104,9), Estonia (102,9), Rusia (81,1), Noruega (78,4), Finlandia (77,8), Dinamarca (72,3), Irlanda (70,8), Reino Unido (66,7), Lituania (60), Kenia (56,1), Venezuela (55,3) e Irán (53,2).