Uno de los testigos relató que la mujer “toma el cenicero y se lo avienta en dirección al rostro, si no es porque la empujó hacia atrás le llega directo a la cara de mi compañera. No conforme con eso comienza a lanzar improperios y a tratarnos de rascas, que no pertenecemos al sector, que tenemos cara de indios, somos pobres y un sin fin de improperios y descalificativos sociales y económicos inimaginables”.