Claudio Bravo otra vez fue el héroe del Manchester City y confirmó su calidad de especialista en atajar penales, luego de contener el último tiro en la definición frente al Leicester City y darle a los Sky Blues la clasificación a semifinales de la Copa de la Liga.
Por eso, cuando el portero chileno detuvo el remate, todos sus compañeros lo abrazaron para felicitarlo, hasta el técnico Josep Guardiola. Sin embargo, el criollo tuvo una reacción que demostraría la fría relación con el estratego español por relegarlo a la banca de suplentes en la Premier y Champions League.
Es que en las imágenes se aprecia cómo el capitán de la Roja festejaba de manera eufórica su nueva hazaña, pero cuando llegó Pep y lo abrazó por la espalda, el rostro del nacional cambió a una indiferencia y ni siquiera lo saludó, casi como una especie de desprecio.
La acción del golero chileno con el otrora adiestrador del Barcelona y Bayern Múnich no dejó a nadie indiferente y fue difundida en las redes sociales.