Con indignación se han tomado en redes sociales los privilegios que tendría en la cárcel Zahir Jaffer, el hijo de un empresario en Pakistán acusado de haber asesinado a Noor Mukadam, una joven de 27 años, hija del exdiplomático Shaukat Mukadam, en el más reciente y mediático caso de femicidio ocurrido en el Estado del surasiático.
El pasado 21 de julio, Mukadam trató de escapar de su agresor mientras era golpeada, aseguraron medios locales, los cuales dieron cuenta que luego de saltar por una ventana, la joven fue recapturada, torturada y decapitada por Jaffer, quien motivado por la frustración de ser rechazado por la mujer como futuro esposo, la habría asesinado.
La connotación que ha tomado el caso en Pakistán se debe a que la mujer asesinada formaba parte de la elite pakistaní, y aún así el flagelo del femicidio en ese país no conoce de distinciones sociales en la medida que el extremismo religioso de derecha ha ganado terreno en esa nación.
Por el caso también fueron detenidos los padres de Jaffer y el personal doméstico de la familia, quienes han sido acusados como cómplices y encubridores del imputado.
Pese a las medidas, lo que más ha causado indignación entre varias activistas pakistaníes, como Tahira Abdullah, han sido los privilegios que ha tenido Jaffer en todo el proceso y el alto número de asesinatos de mujeres que han quedado impunes en el país.
«Le podría dar una lista más larga que mi brazo, solo en una semana», de crímenes contra mujeres, señaló Abdullah. «La epidemia de delitos y violencia sexual contra las mujeres de Pakistán es una epidemia silenciosa. Nadie la ve. Nadie habla de ella».
Para un mayor sentimiento de desprotección en las mujeres de dicho país, se conoció en el último mes que el Parlamento paquistaní no aprobó un proyecto de Ley que buscaba protegerlas en casos de violencia doméstica, incluida la generada por sus esposos, ya que su discusión fue consultada ante el consejo de la ideología islámica, el mismo que anteriormente se había mostrado a favor de que los maridos pudiesen pegarles a sus esposas.
«Las autoridades no han ofrecido adecuada protección ni rendición de cuentas por los abusos contra las mujeres y niñas, incluidas las matanzas ‘por cuestiones de honor’ y los matrimonios forzados», señala un informe de Derechos Humanos, dejando claro que en materia de delitos de connotación violenta en contra de las mujeres en Pakistán, hay mucho camino por recorrer para garantizarle sus derechos a las mujeres.