Casi cinco mil millones de pesos fue la inversión en el Centro de Salud Familiar Florencia de Melipilla, que debía ser inaugurado en los próximos días y fue increíblemente vandalizado por algunos «vecinos furiosos» tras una reunión realizada el martes para informarles sobre la utilización del complejo. Las pérdidas se calculan inicialmente en 100 millones de pesos, a causa de los daños producidos en el mobiliario, fachada, cristales y especialmente implementos de alta tecnología médica.
Las modernas instalaciones contemplan 24 boxes multipropósito, 3 ginecológicos y 6 dentales; 3 unidades Some, sala de espera, además de boxes IRA y ERA, para ecografías, vacunatorio, curación y tratamiento y atención de urgencia, a lo que se agrega salas de rehabilitación, tomas de muestra, estimulación temprana y 49 estacionamientos, en una superficie de tres mil metros cuadrados.
Los verdaderos «enfermos»
El centro, que iba a ser uno de los más modernos del país beneficiando a miles de personas de la zona de Melipilla y la capita, quedó con perjuicios evidentes que retrasarán su apertura.
La quema voluntaria de algunos objetos importantes y los destrozos en otros implementos se generó cuando el martes el concejal Juan González se reunió con un grupo de vecinos a las afueras del recinto. Allí les explicó, según consta en algunos videos, que el Cesfam Florencia sería usado inicialmente para atender «pacientes respiratorios» incluso provenientes de Santiago. El anuncio, muy oportuno para reforzar el sistema de salud en plena pandemia del coronavirus, no fue bien recibido por algunas personas, que expresaron su malestar porque «vengan a contagiarnos de otras partes», según expresaron.
El problema fue que luego de ello apareció una turba de jóvenes -vándalos, en rigor- que actuaron con evidente violencia y comenzaron a atacar el consultorio. El Gobierno ya anunció que se querellará contra los responsables del saqueo. «Nos parece inconcebible lo que sucedió, al final los únicos perjudicados son los propios vecinos», confirmó el edil, acompañado por dirigentes de juntas vecinales que aún no dimensionan cómo la brutalidad de un grupo puede afectar a tanta gente que necesita atención y salud…