Luego de la gran marcha del viernes, hoy la comuna de Santiago comenzó a borrar algunas «huellas» de los daños producidos en el epicentro de las principales manifestaciones durante estos días.
Distintas agrupaciones de jóvenes, estudiantes, fundaciones y voluntarios en general se hicieron presentes en los principales edificios públicos que presentaban pintados o rayados para trabajar en las reparaciones o retiro de los escombros que evidenciaban algunos establecimientos comerciales.
En ese contexto, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, cifró en 3.000 millones de pesos los destrozos cometidos en edificios y el mobiliario público, destacando la Biblioteca Nacional, el Museo de Bellas Artes y el cerro Santa Lucía. «Entendemos como justa la movilización social, pero lamentamos que nuestra comuna sea el centro de la destrucción y los daños que dejan algunas personas que prefieren la violencia para protestar».
El jefe comunal, que limpiaba muros junto a jóvenes de liceos del sector, adelantó que «postularemos a algunos fondos regionales que nos permitirán recuperar los destrozos y volver a Santiago a su normalidad».