No es ni la primera, ni la segunda… ni la tercera. El Fondo Monetario Internacional (FMI)revisó sus proyecciones para la economía mundial y corrigió a la baja por cuarta vez consecutiva el crecimiento esperado para este año. Y lo hizo también para Chile.
En su última edición del World Economic Outlook (WEO), el organismo internacional llevó su estimación de 3,3% indicado en abril hasta el 3,2%, mientras que para 2020 hizo lo mismo pasando su proyección de 3,6% al 3,5%, todo gracias al gentil auspicio de la guerra comercial entre EEUU y China, la incertidumbre generada por el Brexit y las tensiones que afectan al precio de la energía.
Como se señaló, para Chile también se aplicó un recorte, aunque para tranquilidad del Gobierno, en línea a lo señalado por el Ministerio de Hacienda. Así, el FMI llevó su estimación de 3,4% a 3,2% para 2019. ¿Cuál es la explicación? «Chile sin duda es una economía que depende de lo que ocurra con la demanda mundial y los precios del cobre. Lo que ocurra con la demanda de China importa y eso, sin duda, ha tenido un impacto en la demanda para Chile y para la región entera en general«, sostuvo Gita Gopinath, economista jefe de la entidad.
Añadió que este menor crecimiento esperado también responde a «una ralentización en el sector minero», pero hay confianza de repunte gracias a la combinación de la acción del Banco Central con la tasa de interés y la agenda económica del Gobierno.
Chile se empapa del escenario mundial, pero también regional, porque el FMI aplicó una baja no menor al crecimiento que espera de América Latina, al recortarlo desde el 1,4% del informe anterior hasta un discreto 0,6%.