El Alta Comisionada para los derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet, anunció que ese despacho multinacional abrirá una filial en Caracas, para monitorear la grave crisis humanitaria que padece Venezuela y que se ha traducido en un éxito de 4 millones de personas en los dos últimos años.
«Soy una optimista crónica y en efecto la situación humanitaria es muy grave. Me duele la gente de Venezuela», expresó Bachelet en el aeropuerto internacional de Maiquetía, antes de partir luego de una visita oficial de dos días.
La Alta Comisionada obtuvo el compromiso del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para instalar una oficina de su despacho, con dos oficiales que «tendrán pleno acceso a las instalaciones donde hay prisioneros políticos. Además, esto abre la posibilidad de que vengan expertos internacionales en diversas materias. Mi visita abre un espacio para la comunicación, en especial para escuchar a las víctimas», expresó la dos veces presidenta de Chile. La administración Maduro se había negado en reiteradas oportunidades a esta petición.
Indicó la alta funcionaria internacional que, más allá de las diferencias políticas, lo sustantivo es el sufrimiento de la gente e insistió que las «víctimas no están solas en su lucha».
Calificó de «crítica» la situación de la alimentación, la salud y el acceso a los servicios sanitarios. «Nos preocupa que con la aplicación de sanciones financieras internacionales, se agrave la crisis humanitaria».
Por mandato de la asamblea general, la Alta Comisionada ha de presentar un informa escrito el mes entrante, en una sesión a celebrarse en Ginebra.
Insistió Bachelet a las partes en conflicto que adhieran a las gestiones que realiza el grupo de diálogo de Noruega.