Un artista de Filipinas llamado Gabriel Tuazon no encontró nada mejor que gastar sus horas de ocio fabricando una mini silla eléctrica para una cucaracha. Pensó que sería gracioso, pero encontró un amplio rechazo.
Todo comenzó cuando una cucaracha entró por su ventana, en una casa de Pásig, Filipinas. Atormentado por su presencia, pensó en un método para quitarle la vida. La atrapó y puso manos a la obra.
Construyó una mini silla eléctrica, especialmente ideada para el insecto, con cables, casco y un sistema conectado a una batería. El resultado fue el esperado. Así lo demuestra este video:
Pero el asunto no quedó ahí. Tras difundir el registro por redes sociales, no fue en lo absoluto aplaudido. Es más, se llevó insultos y fuertes críticas por torturar al animal.
Manuel Malingo, uno de los comentaristas, dijo según Dailymail: “¿Cómo puede alguien pensar que esto es aceptable? Cada criatura viviente tiene sentimientos. Esto es crueldad hacia los animales y no debería permitirse”.
Pero la ola de críticas no fue suficiente para que el escultor se arrepintiera. “Se suponía que debía golpearla con un objeto (cuando entró), pero me sentí asqueado con la idea, porque podría ensuciar mi mesa de trabajo”, agregó.