El Consejo de Administración de la OIT no ha decidido aún si rompe o no los lazos con la industria tabacalera en el marco de su colaboración en la lucha contra el trabajo infantil en el cultivo del tabaco, señaló hoy el organismo, que había indicado previamente que esa determinación sí se había hecho.
En un comunicado enviado a los medios dos horas y media después de haber informado de la ruptura de los lazos con el sector del tabaco, la OIT rectificó y afirmó que el Consejo ha decidido sólo pedir al director general, Guy Ryder, que presente en marzo de 2018 en su próxima reunión «una estrategia integrada para abordar los déficit de trabajo decente en la industria tabacalera».
Horas antes, en una decisión «equivocada» enviada a los medios de comunicación constaba que el órgano ejecutivo de la OIT decidió que «no aceptará más financiación de la industria del tabaco y que las alianzas de colaboración público-privada existentes con la industria tabacalera no se renovarán más allá de su vencimiento».
La cooperación entre la OIT y la industria del tabaco se refiere a dos programas con una financiación de 15 millones de dólares de parte del sector, según fuentes de la organización.
En concreto, la OIT mantiene actualmente acuerdos con Japan Tobacco International (JTI) y con Eliminating Child Labour in Tobacco-growing Foundation (ECLT -financiada por tabacaleras) que expiran en junio y en diciembre de 2018, respectivamente.
En el documento, el órgano ejecutivo de la OIT reconocía que en el sector del tabaco existen «importantes déficit de trabajo decente, en particular respecto del trabajo juvenil», y señalaba que se trata de un asunto que la organización «debe abordar mediante una estrategia integrada».
Además recogía el punto que ahora enfatiza la organización, dado que el Consejo exhortaba a Ryder a que elabore una estrategia integrada para el sector del tabaco, a que movilice los fondos correspondientes fuera del sector y que informe sobre los progresos al respecto en la 332 reunión del Consejo en marzo de 2018.
La OIT ha mantenido que su colaboración con el sector del tabaco en la lucha contra el trabajo infantil han arrojado claros logros.
No obstante, varias ONG y entidades de lucha contra el tabaco afirmaron que dichos acuerdos habían hecho muy poco por acabar con el trabajo infantil y que el problema real recae en el hecho de que las empresas pagan muy poco a los productores y campesinos, que, con un salario digno, no tendrían que enviar a sus hijos a trabajar.
En el debate en torno a la decisión de si debe romper o no los lazos con la industria, la OIT dijo que, si se quedaba sin financiación privada, no sabía si la obtendría de los Estados, dado que la ha pedido y no ha obtenido respuestas positivas.
Las ONG denunciaron, sin embargo, que los acuerdos socavaban las obligaciones de la OIT como entidad de la ONU, dado que el Convenio Marco para el Control del Tabaco deja claro que los intereses de la industria son contrarios a los principios de la salud pública.
Paralelamente, la OIT forma parte del Grupo de Trabajo Interagencia de la ONU para la Prevención y el Control de Enfermedades No Transmisibles (UNIAFT), que establece que los miembros «deberían rechazar colaboraciones, programas conjuntos y cualquier otro acuerdo con la industria del tabaco».