«A ti, Dios«. Esa sería una primera aproximación al significado de la voz en Latín «Te Deum», una misa de acción de gracias que en Chile se celebra desde 1811, a pedido de uno de los próceres de este país, el general José Miguel Carrera, con motivo del primer aniversario de la Junta de Gobierno.
Según atestigua el portal «Wikipedia», «Chile es uno de los pocos países del mundo que celebra un Te Deum Ecuménico con motivo de su fiesta nacional —otros países donde se realizan celebraciones similares son Argentina, Bélgica, Guatemala, Haití y Perú—».
La ceremonia central del Día Nacional de Chile en 2017, marcó la progresiva despedida de la presidenta Michelle Bachelet, como jefe de estado de la nación. El año entrante será una flamante funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas, organismo multilateral que este lunes recibió una batería de críticas por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
«Esta es mi último Te Deum como presidenta», comentó ante los periodistas que la siguieron entre La Moneda y Plaza de Armas, para no perder un sólo detalle de la solemne ocasión.
Temprano en la mañana y sin que le fallara el auto descapotable que donó la reina de Inglaterra en 1966, Bachelet procedió a la sesión oficial de fotografías con su gabinete ejecutivo, cuerpo de granaderos e incluso personal que la acompaña en terreno a sus giras por todo Chile.
Contrastando con el trago amargo del episodio vivido, hace apenas una semana, en la catedral evangélica, la presidenta Bachelet fue recibida por una salva de aplausos en la Catedral de Santiago. La primera mandataria trató de mantenerse ecuánime, pero la emoción la invadió en no pocos pasajes de la jornada.
No faltaron los candidatos presidenciales y de los ocho aspirantes a La Moneda, en los comicios de noviembre asistieron cuatro: Carolina Goic (vestida de huasa) , Alejandro Guillier, José Antonio Kast y Marco Henríquez-Ominami. El gran ausente fue Sebastián Piñera, abanderado de Chile Vamos, quien había anunciado que no asistiría porque estaría «celebrando el 18 con hijos y nietos» y «preparándose para las fondas».
Y es que el elemento de tensión, cómo no iba a serlo, sería la homilía del cardenal de Chile, Ricardo Ezzati, quien en un tono respetuoso, pero firme, defendió los puntos de vista de la iglesia en torno a la defensa de la vida y el rechazo al aborto; el matrimonio igualitario; además de la empatía que debe prodigar el país ante el fenómeno de los migrantes, en particular con haitianos, colombianos y venezolanos.
«Respetuosos de la legislación que el Estado se ha dado, nuestra opción por la vida se traduce en redoblar nuestro esfuerzo para seguir acompañando a las mujeres que viven situaciones límite en su embarazo, a las que deciden continuar con él y a las que piensan que el aborto es una solución. La Iglesia ofrece sus manos y extiende su abrazo de servicio a todas las personas que necesiten paz, amparo, apoyo y consuelo”, dijo Ezzati, quien también se refirió en torno al Matrimonio Igualitario, ratificando que el sacramento es entre «un hombre y una mujer».
En medio de la misa, se generó una situación que causó alarma, ya que el embajador de la orden de Malta, Fernando Pérez Egert, se desvaneció y fue asistido por varios médicos presentes, en los cuales resaltó la mismísima presidenta Bachelet.
Pastores, rabinos, patriarcas, imanes, todos juntos hicieron votos por la salud y prosperidad de Chile, además de pedir sabiduría y alto sentido de justicia para sus gobernantes.
«Respeto y seriedad, para compartir sus puntos de vista». Esas fueron las expresiones que más se repitieron a la salida del Te Deum Ecuménico, por parte de personalidades vinculadas a sus diversos sectores del país, en torno a las palabras del cardenal Ezzati.
El canciller de Chile, Heraldo Muñoz, mostró su complacencia con el tono respetuoso y firme del cardenal en su homilía, con motivo del acto religioso. «Podemos disentir, pero desde el gobierno valoramos el tono respetuoso de esta ceremonia, que sirve para unir a todos los chilenos», comentó Muñoz, quien cumplirá una preparada agenda en las próximas horas en el marco de la Asamblea Anual de la Naciones Unidas en Nueva York.
El presidente del senado, Andrés Saldívar, saludó el respeto que mantuvo el cardenal Ezzati en todas sus palabras, en las que siempre llamó a un respeto a las leyes del Estado
La vocera del gobierno, Paula Narváez, hico énfasis en los avances que en materia social ha experimentado Chile durante la segunda administración de la presidenta Michelle Bachelet.
El candidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, destacó que la iglesia ha estado muy cerca a temas como el acceso de la justicia, la lucha contra la corrupción. «Especialmente, me llamó la atención el tono de respeto que corresponde a una ceremonia republicana».
La candidata de la Democracia Cristiana, la senadora Carolina Goic, saludó la postura de la iglesia chilena e hizo votos porque se promueva el crecimiento y el bienestar de la gente en Chile.
El también candidato Marco Enríquez-Ominami enfiló sus baterías hacia el gran ausente Sebastián Piñera, quien «va a tener que buscarse otro lugar donde lo aplaudan».
La presidenta cerró con el tradicional Esquinazo en La Moneda, pero no intervino en los pies de Cueca. «No traje falda y no me gusta bailar con pantalones. Les deseo a los chilenos y chilenas, unas felices Fiestas Patrias. Disfrutémoslas con responsabilidad», finalizó diciendo la primera mandataria de Chile.