En una pequeña ciudad próxima a los Pirineos catalanes, todo el mundo sospecha que el imán marroquí que vivía ahí desde hacía dos años «comió el cerebro» de los autores de los atentados de Barcelona y Cambrils.
En el apartamento decrépito de dos habitaciones donde residía Abdelbaki Es Satty -a 150 euros mensuales por persona, según su compañero- hay vistas a la montaña y a los tejados de pizarra de Ripoll, situada 90 km al norte de Barcelona.
«El martes por la mañana, se fue explicando que iba de vacaciones a Marruecos», dijo Nordeen El Haji, de 45 años, vendedor de fruta, que llevaba cuatro meses en el apartamento.
Es Satty se esfumó y la policía mencionó la posibilidad de que muriera en la explosión de una casa de Alcanar el miércoles por la noche, donde la célula de los atentados de Cambrils y Barcelona preparaban «uno o varios atentados» con bombas.
«Hablaba poco, pasaba tiempo con su ordenador en la habitación, tenía un viejo teléfono celular sin internet, pocos libros», añade Nordeen El Haji.
En un mueble descansa la orden judicial de registro, fechada el viernes, pocas horas después de los atentados que dejaron 14 muertos y 120 heridos.
– Salido de la cárcel –
El diario español El Mundo, citando fuentes antiterroristas, reveló que Abdelbaki Es Satty salió de la cárcel en enero de 2012, «donde entabló una amistad particular con Rachid Aglif», alias El Conejo, condenado a 18 años de cárcel por los atentadosyihadistas contra varios trenes de cercanías el 11 de marzo de 2004, que causaron 191 muertos en Madrid.
«El imán había tenido algún problema judicial, pero no vinculados al terrorismo», dijo el comandante de la policía autonómica catalana, Josep Lluis Trapero.
Según El Mundo, Es Satty fue encarcelado por su relación con el tráfico de hachis entre Ceuta y Algeciras (sur). En un artículo publicado en su portada, El País indica por su parte que la policía investiga sus «conexiones internacionales» a través de las cuales habría tenido contacto «con algún enlace del Estado Islámico en sus visitas a Marruecos, Bélgica o Francia».
Al tiempo que la prensa especula sobre la influencia que pudo ejercer en los jóvenes -en algún caso menores- implicados en los atentados, su coinquilino asegura que «en cuatro meses, no recibió a ningún joven» en casa.
«Este imán era normal y corriente en público», explicó a la AFP Mohamed Akhayad, electromecánico de 26 años que frecuentaba el nuevo oratorio abierto en 2016 en el que predicaba.
«Si les ha comido el cerebro a los chavales, será a solas, a escondidas, en algún lugar secreto, porque ahora aprendemos que tenían relación y formaban una célula», dijo, en la cafetería marroquí Esperanza.
– Pasó por Bélgica –
«Era muy solitario, frecuentaba más a los jóvenes que a las personas de su edad», aseguró, anónimamente, un marroquí de 43 años, explicando que organizaba partidos de fútbol sala en los que participan los jóvenes implicados en los atentados, como Moussa Oukabir, de 17 años, muerto en el atentado de Cambrils, descrito como «uno de los mejores jugadores».
En la calle donde vivía el religioso, un catalán de 64 años, Francesc Gimeno, pintor, afirmó que «tenía reputación de ser muy islamista, quería que todos los marroquíes pensaran como él, ponía la religión por encima de la convivencia y de todo».
Gimeno le acusó de «haber querido obligar a las mujeres marroquíes del pueblo a taparse».
«Es mentira», reaccionó Hammou Minhaj, marroquí de 30 años, secretario de la comunidad musulmana de Ripoll «Annour». «Aquí en la mezquita no decía eso. Fuera, no lo sé».
Según él, Abdelbaki Es Satty llegó en 2015 a Ripoll, y luego «se fue a Bélgica como imán, eso es lo que decía», antes de volver: «empezó en abril 2016 en nuestra nueva mezquita. Lo importante era que conocía el Corán mejor que nosotros».
«A finales de junio, había pedido tres meses de vacaciones para irse a Marruecos».
El imán estuvo ciertamente en Bélgica en 2016, en la localidad de Machelen, en los suburbios de Bruselas, «entre enero y marzo de 2016», dijo a la AFP el alcalde de la vecina Vilvorde, Hans Bonte, que supervisa a la policía municipal de ambas localidades.
En M’rirt, una pequeña ciudad marroquí de 35.000 habitantes, la familia de dos sospechosos, los hermanos Younès y Houssein Abouyaaqoub culpan a «un imán de Ripoll» de ser el cerebro de los atentados de esta semana.
«Hace dos años que Younès (quien habría conducido la furgoneta que atropelló a la multitud en Barcelona) y Houssein empezaron a radicalizarse, bajo la influencia de este iman ‘yebli’ (del norte de Marruecos», dijo a la AFP su abuelo.