Los problemas en el servicio de Metro se han convertido en una constante para las 2.266.000 personas que utilizan a diario el tren subterráneo. Durante ayer en la mañana, en pleno horario punta, los usuarios de la Línea 5 padecieron la interrupción del servicio entre Plaza de Armas e Irrarázabal. A ello se suman al menos dos cortes de energía en la Línea 1 casi en paralelo a la paralización del recorrido verde.
De acuerdo al informe de gestión bianual elaborado por la Dirección de Transporte Público Metropolitano (Dtpm), la Línea 1 recibe al menos el doble de demanda que el resto de trazados del sistema. De acuerdo al detalle, el recorrido que une las estaciones San Pablo con Los Dominicos posee el 38,9% de las transacciones, números que se han mantenido durante los dos últimos años. Le siguen la Línea 5 con 21,9%, Línea 2 con 18,1%, Línea 4 con 17,9% y, por último, la Línea 4A con un 3%.
En 2016, Metro tuvo los niveles de afluencia más altos de la historia con 672 millones de validaciones. Los 6.474 pasajeros por kilómetro de red transportados también se convirtieron en récord anual.
A partir del segundo semestre de este año, a los 104 kilómetros actuales de red, se sumarán 37 correspondientes a la Línea 6 (2018) y Línea 3 (2019), los cuales se espera otorguen nuevas alternativas a los santiaguinos.
«La Línea 6 (Cerrillos-Providencia) va a descongestionar algo la Línea 1, principalmente a una parte de las personas que provienen desde el sur de la ciudad por Vicuña Mackenna y Gran Avenida», indicó a Publimetro Ivan Poduje, director de Espacio Público.
No obstante el ingreso de los nuevos trazados, el experto considera que se debe comenzar a trabajar en el corto plazo en la anunciada Línea 7, la cual, de acuerdo a estudios preliminares, sería diseñada en paralelo a la Línea 1 y con el claro objetivo de quitar carga al recorrido más antiguo de Metro.
«Es fundamental definir cuanto antes la Línea 7. Se han visto varios trazados, pero es importante que la autoridad se pronuncie cuanto antes», agregó Poduje.
Para Juan Carlos Muñoz, director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), «mientras más líneas haya es mayor el efecto de red y la gente tiene más alternativas para poder viajar y descongestionar los trazados más utilizados».
De todas formas, el ingeniero ex director de Metro, cree importante que se potencien las alternativas de superficie como el sistema de buses y bicicletas para así «las personas tengan más opciones para decidir y movilizarse en la ciudad».
Los números advierten que esta propuesta va en dirección contraria a la tendencia que ha demostrado el sistema en los últimos años, en que la demanda de buses ha sido absorbida por Metro. Mientras en 2015 las transacciones en Metro y buses significaban para el sistema el 41,8% y 58,2%, respectivamente, en 2016 la demanda del transporte terrestre disminuyó hasta el 56,7%, el servicio subterráneo subió al 43,3%.
En tanto, la distribución de las transacciones según tarifa no presentan mayor variación en los últimos años. Del total de usuarios, un 73,3% corresponde a usuarios que pagaron tarifa adulto, un 24,1% a estudiantes y adultos mayores (tarjeta o boleto). El 2,6% restante equivale a alumnos de básica.