Una agente de la Guardia Civil recibió un expediente disciplinario por ausentarse de su puesto de trabajo durante 10 minutos para ir al baño a ponerse una toalla higiénica.
El hecho se dio a conocer durante esta semana pero ocurrió, irónicamente, el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer. A la gente le llegó inesperadamente su menstruación, razón por la que tuvo que abandonar durante unos instantes el coche patrulla desde donde realizaba tareas rutinarias y genéricas de vigilancia en la rotonda de un zona portuaria con el fin de “no manchar su uniforme ni el vehículo oficial”, alegó su defensa.
Justo en es momento apareció su teniente, que estaba realizando una ronda de inspección. Ante la demanda de explicaciones de su superior, la agente explicó la urgencia que había tenido, a lo que el teniente replicó a gritos: “A mí no me cuentes milongas, vas al baño antes o después del punto de control pero no durante”, según ratificó uno de sus compañeros de patrulla.
El abogado de la oficial, Antonio Suárez-Valdés reveló a El País que su representada ha pedido que se active el protocolo contra el acoso laboral vigente en la Guardia Civil desde hace cinco años, hasta ahora con escasos resultados.
Como si fuese poco este viernes, la Guardia Civil ha archivado la queja de la agente, y la resolución en la que se archiva la denuncia ya que no habría cabida a este recurso, ya que no se podría aplicar el protocolo de acoso laboral con el que cuenta la institución.