Fue en Rinconada de Hualañé donde Marilyn Pérez, notera de «Bienvenidos» de Canal 13, se desahogó amargamente. Llevaba una semana trabajando en las zonas afectadas por la tragedia, conteniendo el llanto desconsolado de las familias de las víctimas por los incendios, asimilando la desesperanza de los miles de damnificados que se quedaron de brazos cruzados y sufriendo en carne propia la angustia de aquellos rostros cubiertos de sudor, lágrimas y cenizas que encontró en su periplo por los sectores de Pumanque, Cauquenes, Aquelarre, Vichuquén, Curepto, Santa Olga y Empedrado.
«Somos seres humanos. Mi punto débil son los ancianos y los animalitos. Al ver que los abuelitos Alfonso y María no habían comido en días, que estaban sin ayuda y que habían perdido muchos animales, sus mascotas, sus gallinas, por lo que no van a poder seguir trabajando en su negocio de vender huevos, me conmovió mucho. Entonces, cuando Tonka Tomicic me dijo al aire que va a llegar la ayuda para los abuelitos, me emocioné. Reaccioné al dolor que tenía contenido hace muchos días», cuenta a Publimetro aún emocionada Marilyn Pérez, quien adelanta que la próxima semana nuevamente estará recorriendo la Zona Cero de los incendios, intentando ayudar a los damnificados.
Marilyn Pérez es de La Calera, y estudió periodismo en la Universidad Arcis de Santiago. Colocolina de corazón, desde pequeña supo que quería ser periodista, combinando a poco andar de sus labores universitarias el trabajo arduo. En la capital, ya lejos de su familia, asegura que la vida no fue nada de fácil, por los fuertes lazos afectivos que tiene con sus seres queridos. «Trataba de arreglármelas sola porque mi familia no podía con tanto esfuerzo por pagarme la universidad. Nunca les dije que no me alcanzaba el dinero, les decía que estaba bien para que no se preocuparan, pero conocí siempre gente buena en el camino que me ayudó», recuerda.
Periodistas más empáticos
Marilyn Pérez debe su nombre a su padre, quien era fanático de la actriz Marilyn Monroe. En la capital, y tras las cámaras, la notera de «Bienvenidos», que además es animalista y deportista, tiene como cábala correr cada día por las calles de Lyon y subir, al menos una vez al mes, a la cima del Cerro Manquehue, donde aprovecha de limpiar y recargar energías. El resto del tiempo lo dedica a su trabajo, amigos y, en una faceta que tal vez explique su espontánea empatía con los más desvalidos, organiza año a año eventos navideños para niños con sida, discapacitados o abandonados en hogares.
La periodista cree que los colegas, especialmente los de TV, deberían ser más empáticos. «A veces los periodistas no traspasamos las emociones a los televidentes y nos mostramos duros. Pero somos humanos y tenemos sentimientos. Hay situaciones que te hacen llorar, no se puede evitar. El caso de los abuelitos de Hualañé me hizo llorar desde el corazón. Les llegó ayuda. Yo no me fui hasta que llegó el camión con la ayuda. Con los productores, ayudamos a los ancianos a alimentar a sus mascotas, fue un momento que me dejó en paz. No habría podido regresar a mi casa, sabiendo que esa familia seguía esperando», comenta.
-En tu cuenta de Instagram, cientos de personas te enviaron saludos y aplaudieron tu trabajo en Hualañé.
-Estoy muy agradecida de todos los que me ven cada mañana y me envían saludos. Lo más importante es que muchos fueron ayudar a los abuelitos de Hualañé y mi celular no ha parado de sonar, pidiéndome que ayude a coordinar las ayudas. Este lunes vuelvo nuevamente a terreno. Entonces, estaré a cargo de ver los lugares donde no esté llegando ayuda.
-¿En cierta manera crees que lograste desmitificar al notero común, siempre tildado de farandulero?
-Mi estilo es siempre ser cercana a la gente, cruzar las barreras. Me gusta abrazar, saludar, contener a las personas, me nace ser así. Me gusta ayudar y la gente lo ve. No solo me quedo con la nota, que es mi trabajo, sino que busco soluciones a esas personas. Tengo muchos mensajes por twitter para llevar ayuda. Eso me reconforta, ayudar, servir a otros, especialmente a personas que más lo necesitan. Esto me confirma que los periodistas tienen que ser más humanos, para que la gente se motive. Nosotros estamos en terreno, vemos las tragedias, percibimos el dolor. Eso tenemos que traspasarlo a la gente de la casa.
-Después de recorrer a la Zona Cero, ¿que mensaje les trasmitirías a la gente que está en su casa, ajena a la catástrofe?
-Que ayuden, que colaboren con la gente que más necesita. Esta tragedia nos afecta a todos, nos duele a todos. Se necesita mucha ayuda en alimentos, dinero para construcción, ropa, enseres. Toda ayuda es necesaria en estos momentos.