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La oposición de Venezuela intentará este miércoles mostrar su fuerza en la calle, con manifestaciones en todo el país, después del duro golpe que supuso la suspensión del proceso de referendo revocatorio que impulsa contra el presidente socialista Nicolás Maduro, que ha elevado la crispación política.
La coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha convocado a los opositores a una «Toma de Venezuela», en el que debía ser el primero de tres días para la recolección de cuatro millones de firmas (20% del padrón electoral), último paso antes del llamamiento a referendo y con el cual la oposición se proponía poner en evidencia el mayoritario rechazo al gobierno de Maduro.
Pero el proceso quedó suspendido la semana pasada por decisión de tribunales penales regionales, que acogieron denuncias de fraude del oficialismo en la primera etapa de recolección de las firmas del 1% del padrón electoral, necesarias para autorizar la etapa siguiente de recolección propiamente dicha de las firmas.
A la vez, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y también diputado a la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, informó movilizaciones del oficialismo para contrarrestar las anunciadas por la oposición.
«Para el miércoles se realizarán marchas y concentraciones en la capital y en distintos estados del país. El jueves se hará lo propio en Carabobo y Bolívar, y el viernes en Guanare, estado Portuguesa. A ello se le suman los campamentos de la Juventud del PSUV. Esto es parte de nuestro plan de la paz (…), declaró.
Gobierno y oposición, que se acusan mutuamente de «golpismo», exploran al mismo tiempo la posibilidad de una mesa de diálogo con facilitación del Vaticano, en medio de una aguda crisis económica que se traduce en escasez de alimentos y medicinas y una inflación calculada por el Fondo Monetario Internacional en el 475% para este año.
El gobierno culpa de la crisis económica a «empresarios de derecha» que buscan desestabilizarlo, pero la oposición responsabiliza al modelo socialista y sostiene que el revocatorio era la última «válvula de escape» de una población hastiada de hacer largas filas para conseguir los pocos productos de precios subsidiados.
Cuando transcurran las manifestaciones de la MUD este miércoles, Maduro estará reunido en el Consejo de Defensa de la Nación, del que participan todos los poderes públicos y en el que se propone abordar lo que considera un «golpe parlamentario», en referencia a un juicio de responsabilidad política que la Asamblea Nacional acordó iniciar en su contra.
En ese contexto, el ministro de la Defensa, el general Vladimir Padrino, y el alto mando militar emitieron el martes una declaración en la que ratificaron su «lealtad incondicional» a Maduro.
– Poder versus capital político –
«La fuerza de la oposición son los votos de la gente», dijo a la AFP el politólogo Luis Salamanca, quien considera que la suspensión del proceso revocatorio «ha colocado el conflicto político en un punto crítico».
En diciembre de 2015, la oposición venció ampliamente en las elecciones legislativas y por primera vez en 17 años de chavismo logró la mayoría en el Parlamento.
Sin embargo, la justicia declaró a la Asamblea Nacional en desacato y sus actos son considerados nulos, al punto de que el presupuesto de la nación para 2017 fue presentado ante el Tribunal Supremo.
«La Asamblea Nacional ha sido vaciada de sus competencias. Es una disolución por cuentagotas», dijo Salamanca.
«En este momento, el capital político lo tiene la MUD, pero el gobierno tiene el poder. Para que la oposición acceda al resto de los poderes (además del Parlamento), debe haber elecciones», comentó el experto.
Pero desprovista de la posibilidad de movilizar a sus seguidores en un evento electoral inmediato, el desafío de la oposición es activar las manifestaciones.
Para el analista Juan Manuel Raffali, las iniciativas de la oposición dependen del respaldo popular. «Nada de esto tiene vida si no sale la gente a la calle, dijo a la AFP.
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