Como buen argentino, Joaquín Larrivey se repone, por estos días, del impacto de la muerte de Diego Armando Maradona. El delantero de Universidad de Chile sintió el fallecimiento. “Es una persona que marcó a toda una generación y a todo el mundo que amamos el fútbol. Dependiendo de cómo se lo mire, fue el máximo exponente…”, arranca diciendo, y se declara conmocionado por la pérdida de un personaje de trascendencia, “por lo que fue dentro de la cancha y todo lo que nos regaló (a los transandinos) y a los amantes de nuestro deporte”. Más allá de eso, sin embargo, a Larrivey le ocupa el presente azul y el inminente Clásico ante Universidad Católica, clave para lo que resta de la temporada laica.
¿Pensó que el año iba a ser más fácil, luego de la campaña 2019?
Fácil no hay nada en el fútbol, no existe esa palabra en este deporte. Lo que sí, al inicio del año, era una situación muy compleja, porque ésta es una institución grande, y estar peleando abajo es algo a lo que no estamos acostumbrados. Cuando llegué, lo hice con la esperanza de hacer un gran campeonato, olvidarse de la parte baja de la tabla y pelear por los primeros puestos. Nos falta más regularidad para estar todavía más arriba, pero el potencial está, y creo que vamos a terminar esta última parte del año con más triunfos que tristezas.
¿Cómo les viene el cambio de técnico? ¿Favorece?
Siempre que hay un cambio de entrenador, todos los jugadores renuevan las esperanzas de tener más oportunidades. Los cambios de DT vienen, en general, por una cuestión de resultados: no se están dando las cosas. Siempre es una inyección positiva para los jugadores. Van pocas semanas, con poco trabajo, pero creo que en estos días (el nuevo cuerpo técnico) va plantando la semilla de cómo quiere que juegue el equipo. Iremos captando. Como bien dijo el “profe” Dudamel en una charla que tuvimos, tenemos una base de cosas que veníamos haciendo bien, y la idea es que nos potencie, que vea cuáles son nuestros errores, y, entrenamiento a entrenamiento, irá encontrando la mejor manera para obtener resultados.
¿Qué diferencias hay entre Hernán Caputto respecto de Rafael Dudamel?
Van pocos entrenamientos, un partido, y es muy temprano para hacer un análisis de lo que nos pedía Hernán respecto de Rafael. Con el tiempo se podrá ir haciendo un análisis más profundo.
¿Qué errores cometió Caputto?
Sacando el principio del torneo, que encadenamos una serie de triunfos y empates, nunca tuvimos regularidad, sobre todo pospandemia. Hay cosas que condicionan, como las lesiones de jugadores importantes. No es una cuestión o un error puntual, sino que es una serie de cosas que tiene que ver con el bajón de ciertos jugadores en determinados momentos -donde, por supuesto, me incluyo-, lo que engloba que los resultados no se hayan dado. Y es sabido que la primera cabeza que se corta es, siempre, la del técnico.
¿Fue justo el despido de Caputto?
No me gusta hablar de justicia o injusticia, porque son decisiones que no me competen. Tengo aprecio por Hernán, y siento que ha dado lo mejor de sí, seguramente con aciertos y errores, pero hablar de justicia me parece meterme en un terreno que no es el mío, y prefiero no hacerlo.
¿Descomprime al plantel el cambio en la banca para la recta final del torneo?
El cambio, cuando las cosas no se van dando desde lo futbolístico y de resultados, siempre es una inyección positiva. Como jugadores, tenemos que mirar para adelante. Nuestro presente está con Rafael y tenemos que sacar los mejores resultados que podamos, y hacer las cosas bien. En ese sentido, el cambio de entrenador se busca pensando en que las cosas puedan ser mejores de lo que están, así que esperemos que sea un cambio positivo para todos.
El Clásico Universitario de la primera rueda los hizo ver muy mal. Fue el peor partido de la “U” en la primera mitad del torneo…
Sí, nos vimos superados durante prácticamente todo el partido, salvo un pasaje en los primeros 15 minutos del segundo tiempo, hasta el 2-0. Me pareció que ahí habíamos encontrado una disposición táctica y estratégica que no tuvimos en el primer tiempo, y sentimos que podíamos emparejar las acciones. Pero son circunstancias. Hoy nos encuentra (el clásico) en otro momento. Cuando uno afronta un partido, lo hace con la mayor ilusión. Espero que sea un gran partido para nosotros, y confío en mis compañeros, en el cuerpo técnico y en que tenemos las armas necesarias como para sacar un buen resultado. Espero que no se dé como la otra vez, por supuesto.
¿Cómo se le gana a la UC según Larrivey?
No hay una fórmula mágica. Me parece que la forma más conveniente, siempre, es jugar mejor que el rival. Aunque, aún así, puedes empatar o perder. Es un equipo que tiene una regularidad, que viene hace varios años con una estructura. Por eso es el equipo más regular del torneo, siendo el líder desde el principio. Es un rival de respeto, con el que hay que tomar recaudos, estar concentrados, dar más de lo que venimos dando y jugar mejor, porque es la única manera en la que le podemos ganar a un rival así.
¿Hay algo de los que le han ganado a la UC que sea clave para superarlos?
Debemos saber interpretar: cuándo retroceder, cuándo presionar más arriba. El fútbol es de interpretaciones y de estar todos en la misma sintonía: si vamos a apretar, que vaya todo el equipo; no se pueden dejar espacios frente a un rival de esta magnitud, que viene muy aceitado. La interpretación de lo que tenemos que hacer en cada momento del partido es la clave del duelo. No tengo dudas de que tenemos las armas suficientes y los jugadores; nos falta la regularidad. Pero tengo fe en que vamos a hacer un gran partido y vamos a ganar.
El fútbol chileno según Larrivey
“Vine a jugar a Chile con mucha expectativa de dar mi máximo. Sabía que venía a un club con mucha historia y de alta exigencia, y me encontré con una institución modelo desde todo punto de vista, pero con urgencia de resultados. Comenzamos el año abajo en la tabla ponderada, y estamos intentado olvidarla con buenos resultados. El fútbol chileno me parece supercompetitivo, muy parejo y en el que son prácticamente impredecibles los resultados. Si bien hay un equipo que ha tenido una regularidad en los últimos años -como Católica-, cualquiera le gana a cualquier otro. Incluso la UC perdió puntos hace poco con Coquimbo, que está abajo. Equipos que el año pasado estuvieron arriba, como Palestino, hoy pelean al fondo. Me parece que es muy lindo para el espectador. En cuanto a lo futbolístico, es de mucha calidad y con muchos jóvenes que, mezclados con gente de experiencia, pueden hacer una gran carrera”, reflexiona Larrivey sobre estos dos tercios del campeonato que le ha tocado experimentar. “Bati” llegó incentivado por su suegro, Gerardo Manuel Reinoso, “La Vieja”, quien jugara en los “cruzados”.
Un premio al que aspira Larrivey
“Uno siempre espera lo mejor. Nunca me puse objetivos en cuanto a números de goles a lo largo de mi carrera, y me han tocado momentos en los que uno tiene las expectativas muy altas, y no las logra. Entonces, me parece que lo más importante en el fútbol, como siempre se dice, es el partido que viene. Estoy en este presente y nada llega por casualidad, todo es por causalidad. Vengo trabajando por disfrutar de este presente en lo físico y futbolístico: en la pandemia, incluso, entrené más de lo que podía. Esto es consecuencia de las cosas que uno va haciendo. Estoy disfrutando, pensando en el partido que viene y, a fin de año, se verá cuántos goles hice. Pero lo más importante, por mientras, es que se puede dormir tranquilo, porque uno hizo todo lo que estaba al alcance de la mano para ser un poquito mejor”, dice Larrivey respecto de los 16 tantos que lo tienen liderando la lista de artilleros del campeonato.