Para este miércoles, a las 16:00 horas de nuestro país, está programado el derbi entre el Barcelona de Arturo Vidal y el Real Madrid en el Camp Nou. El partido válido por la 10ª fecha de la Liga española, previsto originalmente para el 26 de octubre y postergado por las tensiones por las protestas independentistas en Cataluña, está otra vez bajo amenaza.
Tsunami Democrático, plataforma catalana impulsada por la sociedad civil y personalidades de la política como respuesta a la sentencia del juicio a los líderes del proceso independentista, tiene en ascuas el clásico. De hecho, se desplegarán 3.500 agentes para resguardar la seguridad del duelo, que, incluso, contempla como peor escenario posible una invasión a la cancha.
La organización, que se mantiene en el anonimato, asegura tener a 25.000 personas dispuestas a participar en la protesta, es decir, un cuarto de la capacidad del estadio del Barça. La otra manifestación que esperan las autoridades policiales en el interior del coliseo culé es el despliegue de una pancarta con el lema «España, siéntate y habla», para reivindicar una negociación con el Gobierno central.
Afuera del recinto, el organismo ha llamado a congregarse en cuatro puntos de los alrededores, cuatro horas antes del pitazo inicial. La intención no es impedir el acceso de los equipos ni de los hinchas, pues su idea es que se celebre el encuentro, para así dar a conocer al mundo su mensaje.
En cuanto a los planteles de ambos clubes, en una medida inédita, éstos se concentrarán al mediodía español en el mismo hotel y se irán juntos al campo de juego. Los árbitros se irán con ellos.