En septiembre del 2018, la cúpula directiva de Azul Azul y el ex técnico Frank Kudelka tomaron la decisión de que Universidad de Chile tenía que rejuvenecer su plantel de cara a la temporada 2019. En una reunión entre los principales dirigentes de la concesionaria y el ahora entrenador de Newell’s Old Boys, decidieron acerca de la urgencia de renovar al primer equipo de la U y por eso tomaron la determinación de sacar a viejas glorias, como Gustavo Lorenzetti.
La cesión del Duende a Nacional de Montevideo venía de la mano de la renovación de un plantel agotado físicamente, también presionado por los años complejos que había vivido tras el exitoso período de Jorge Sampaoli entre las temporadas 2011 y 2012. Bajo ese escenario, el ex gerente deportivo de la concesionaria, Sabino Aguad, decidió fijar su política de fichajes para el 2019 en futbolistas de proyección, como Jimmy Martínez o Diego Carrasco, pensando en los réditos deportivos y financieros que esto podía entregarle al club.
«Nosotros tenemos que idealizar el futuro plantel para el año que viene. Siempre desde el respeto a los que están ahora. Hay que terminar esto de la mejor forma y ser certero en la conformación del plantel futuro», decía Kudelka en una conferencia de prensa en septiembre del 2018.
Pese a eso, esa idea fracasó en cancha y los azules vivieron una de sus peores temporadas en la historia de la institución. Con el fantasma del descenso a la Primera B muy latente, la nueva dirección deportiva de la concesionaria -encabezada por Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas- botó a la basura ese plan de rejuvenecimiento y con la billetera al límite cerró los fichajes de dos veteranos futbolistas como Marcos Riquelme (30 años) y el histórico defensa laico Osvaldo González (34).
Sin el «10»
Por otra parte, y también en el ítem «promesas», el nuevo presidente José Luis Navarrete manifestó que la intención de su administración era contar con el apetecido volante de creación. Con polémica incluida por tener a Nicolás Oroz en el plantel del técnico Alfredo Arias, la U fue en busca del histórico Walter Montillo, pero el mediocampista declinó aceptar la oferta de Azul Azul -luego de ofrecerse en varias ocasiones en el pasado- y decidió quedarse en Tigre de Argentina. Junto a eso, el alto sueldo de Leonardo Valencia también impidió su posible y bullado regreso al CDA.
Es más, cansados de buscar un «10» como Montillo, Valencia o, incluso, el argentino Mauro Formica, en Azul Azul se enfocaron en buscar otras posiciones y terminaron tanteando la llegada de un puntero como Ángelo Sagal, pero el costo de su préstamo fue inalcanzable para la concesionaria y el Grupo Pachuca descartó su contratación. Incluso, el seleccionado chileno fue cedido al FC Juárez de México.
La U es una confusión total a días de su partido por octavos de final (ida) de la Copa Chile, frente a Deportes Temuco este domingo 14 de julio (15:00 horas) en el estadio Germán Becker, y genera incertidumbre sobre lo que pueda sufrir de cara al segundo semestre de este año.