El técnico Frank Kudelka reiteró en varias ocasiones la fórmula que tenía para poder cambiar el complejo panorama deportivo que atravesó Universidad de Chile durante 2019. Desde su llegada al club, el DT argentino insistió de forma interna y pública que él buscaba «unificar al club, para que la institución» estuviera por sobre cualquier persona.
A pesar de que el DT recibió una reprimenda desde la dirigencia de Azul Azul por la insistencia pública en sus dichos, la concesionaria que administra a la U se puso a trabajar rápidamente pensando en cambios significativos que promoviera la revitalización del club.
Ante esa idea en mente, y con el presidente Carlos Heller a la cabeza, la reunión de directorio del pasado miércoles determinó la salida del gerente deportivo Ronald Fuentes y el director ejecutivo Pablo Silva. Según informó el propio timonel de la U, ambos dirigentes presentaron sus renuncias, las que fueron aceptadas por la mesa directiva. Pese a que ambos aportaron para el título de los laicos en el torneo de Clausura 2017, ninguno estaba pensado para el «gobierno corporativo» que buscan implantar en el CDA para conseguir réditos económicos a futuro.
«Lo que queremos tener es un gobierno corporativo que empuje a la institución a hacer cosas a largo plazo. A veces la inmediatez nos lleva a tener resultados que no son para mañana y el resultado no ha sido el óptimo. En mi administración hemos ganado dos campeonatos, una copa chile y una Supercopa, pero no es lo ideal porque ahora tenemos que sentarnos a hacer un gobierno a futuro, con base en las divisiones inferiores, pensando en sacar jugadores para tenerlos en el primer equipo. Estar comprando siempre te lleva a perdidas enormes», aseguró Heller.
Los cambios que vienen
Bajo esa perspectiva, el mandamás de la concesionaria anunció a Sabino Aguad como nuevo gerente deportivo y reconoció que contactó a Harold Mayne-Nicholls para que reemplace, en parte, la figura directiva que deja Silva. Si es que el proyecto del ex presidente de la ANFP logra convencer al directorio de Azul Azul, el antofagastino pasaría a ser el vicepresidente ejecutivo del club y mano derecha de Heller.
La idea que tienen en La Cisterna es que Mayne-Nicholls pueda aportar con su experiencia internacional como ex funcionario de la FIFA, cargo que le entregó múltiples contactos en el extranjero. Su llegada, eso sí, significaría un cambio de estructura complejo en varias áreas del club y que llevarían a posibles nuevos despidos o reacomodación interna de algunos trabajadores de la U.
«Nos tomaremos dos semanas para reemplazar a Pablo Silva. Hoy (Mayne-Nicholls) nos presentó un proyecto y ahora veremos si llega él, otras opciones que tenemos, o nadie. Se verá reestructuración de la gerencia y rol del directorio en la administración. Ahora hay una comisión de futbol chica que trabaja fuerte en los refuerzos, una comisión económica que trabaja las platas y hoy creo que debemos crear una comisión más potente para poner énfasis en el futbol formativo», apuntó Heller.
La U se rearma para buscar la «unidad» que tanto quería Kudelka y así anteponer los intereses a largo plazo por sobre la inmediatez, sacándose el peso de trazarse objetivos tan ambiciosos para el próximo año.