Yeferson Soteldo vivió un año 2017 que jamás olvidará. Además de alcanzar la fama y la final en el Mundial Sub 20 de Corea del Sur con Venezuela, el futbolista de 20 años dio el salto desde el Zamora FC de su país hacia el fútbol chileno. Con su llegada a Huachipato, el mediocampista comenzó a cimentar el camino que lo llevó a un «grande» de nuestro país como Universidad de Chile; gracias a sus seis goles en 29 partidos jugados y con enganches que dejaron a todos los fanáticos chilenos maravillados al verlo jugar.
Sin embargo, y más allá de los números, Soteldo se ganó rápidamente el corazón de la Usina con su alegría y talento; siendo destacado como uno de los más carismáticos del club, contrario a lo que representa el volante públicamente. Es más, según cuenta su ex compañero César Valenzuela, el futbolista de un metro y 60 centímetros se ganó el derecho de poner la música en el camarín, con temas contemporáneos que iban del Trap Reggaetón hasta los vallenatos.
«Él (Soteldo) se caracteriza por ser alegre, divertido, siempre está de buen ánimo. A él nunca lo vi enojado y siempre está bromeando ahí. Es un jugador que es alegre para el camarín. No es que sea bueno para la talla o algo así, pero si pone la música en el camarín y se divierte adentro tirando hasta los calcetines a los compañeros en broma y todo eso», apuntó el Gato a El Gráfico Chile.
«¿Qué música ponía? Le gustaba poner mucho Bad Bunny, harto Trap Reggeateón y vallenatos también ponía. Ah y también ponía harto electro antes de los partidos, así que él era nuestro Dj en las previas«, añadió.
Con bailes a Europa
Sin embargo, y en base a lo confesado por el arquero del cuadro acerero, Carlos Lampe, el llanero no sólo disfrutaba con la música que usaba en el camarín, sino que también deslumbraba con sus bailes antes de los partidos. El meta boliviano además lo destaca como una gran persona, y lo posiciona como uno de los jugadores del medio nacional que tiene grandes opciones de fichar en un equipo de Europa.
«Es muy rebueno para el baile (risas), pero tenia una música especial que la puso antes de los partidos, y donde en la mayoría de los partidos nos iba bien y por eso siempre le pedían esa música, una electrónica que era cábala finalmente», manifestó el seleccionado altiplánico a este medio.
«Yeferson es un chico que tiene buen corazón, mucho talento y ha sido nuestro compañero, entonces obviamente quiero que le vaya bien en un club grande que va a jugar una competencia internacional. Él tiene toda las condiciones para poder llegar a Europa, y pienso que depende sólo de él, de lo que se proponga, cómo se entrene y todo lo que se cuide», añadió.
En esa misma línea, y pensando en el futuro de Soteldo, Valenzuela cree que «él puede llegar a Europa sin problemas, tiene todas las condiciones, es desequilibrante, tiene muy buen uno contra uno, es bueno con el balón, maneja ambas piernas, así que creo que si hace una buena copa o campeonato, tiene muchas posibilidades de emigrar porque además es un jugador consolidado en la selección venezolana, así que tiene un muy buen futuro porque tiene recién 20 años y le queda mucho por crecer todavía».
Práctica concentrado y con cachaña
A pesar de toda esa alegría y distracciones que protagonizaba Soteldo en Huachipato, sus compañeros también revelaron que a la hora de las prácticas se transformaba totalmente, y se convertía en el pequeño habilidoso que enganchaba a todos, y logra desequilibrar tal como demuestra en los partidos.
«En los entrenamientos dejaba todas las bromas de lado, estaba totalmente concentrado, pero siempre alegre y entrenaba parecido a lo que ustedes ven en los partidos, desequilibraba mucho, era demasiado rápido y aunque se resguardaba de las patadas, siempre era intenso y metía mucho enganche», apunta el Gato Valenzuela.
«Demostraba todos sus regates a la hora de entrenar, es que esa es la característica de él en realidad; encarar con balón dominado y driblear, ese es su fuerte. Te encara, te engancha y siempre trata hacer un pase o definir. Eso no cambia en las prácticas o partidos, es su naturaleza», cerró Lampe.