Lewis Hamilton hizo la tarea y el objetivo final, si bien no lo pudo conseguir en Texas, quedó al alcance de la mano. El británico está al borde de conseguir un nuevo título mundial de Fórmula Uno después de lograr la victoria en el Gran Premio de los Estados Unidos.
Podía hacerlo en el Circuito de las Américas, pero necesitaba una «ayuda» de Sebastian Vettel. Sin embargo, el alemán de Ferrari, que entregaba el título a Hamilton si salía sexto o peor, remató segundo después de una carrera que se le alivió en los tramos finales.
Tras un inicio reñido donde Vettel le robó el primer lugar al poleman Hamilton en la primera curva de Austin, el británico de Mercedes ordenó el trámite en el giro 5 y recuperó el primer lugar, puesto que soltó circunstancialmente cuando entraba a pits.
Así, con el primer lugar controlado por el Mercedes número 44, la atención se centraba en lo que pasaría con Vettel, quien no tuvo ritmo para pelear directamente con Hamilton y debió bregar más de la cuenta con el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes), a quien recién pudo sobrepasar en los últimos dos giros. Tras eso, el compañero del alemán Kimi Raikkonen (Ferrari) dejó que tomara el segundo lugar y así minimizar el daño que pudiera hacer en las intenciones de Vettel la victoria de Lewis.
Junto a Hamilton y Vettel quedó en el podio Raikkonen, quien protagonizó una intensa pelea con el holandés Max Verstappen (Red Bull). Si bien Verstappen cruzó tercero la meta (sorprendente para alguien que salió 16º), fue penalizado post carrera con cinco segundos por sacar ventaja por fuera de la pista, por lo que el finlandés tomó el último cajón del podio.
De esta forma, la victoria de Hamilton lo deja con 331 unidades en el mundial de Fórmula Uno, a falta de tres fechas para el final (México, Brasil y Abu Dhabi). Vettel, en tanto, suma 265 puntos y quedó a 66 del británico. Así, Hamilton puede convertir ese casi virtual título que tiene en sus manos a real en México la próxima semana: puede terminar hasta quinto y levantará su cuarto cetro.
La victoria de Hamilton, de paso, significó el cuarto título consecutivo de Mercedes en el mundial de constructores. El triunfo de Hamilton y el quinto puesto de Bottas le dieron llegar a la escudería a 575 puntos en el año, 147 más que Ferrari (428), cuando quedan 129 en juego.
La próxima semana, en México, Hamilton podrá gritar finalmente campeón y cerrar un 2017 que partió complejo, pero que va sobre ruedas: ha ganado cinco de los últimos seis Grandes Premios y no ha bajado del segundo lugar.