Un estudio encabezado por el profesor John Bruno de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill revela la triste realidad que están enfrentando los osos polares y otras especies debido al cambio climático.
La investigación señala que en 40 años los osos polares podrían extinguirse debido al calentamiento global, y otros animales, entre ellos los pingüinos, también correrían la misma suerte, indica Mirror.
Debido al aumento de temperatura en los océanos en los hábitats de estos animales, el que se elevaría al menos 2,8º de aquí al 2100, “la vida en las áreas marinas protegidas podría comenzar a extinguirse en el 2050”.
El medio inglés indica que el calentamiento provocaría “falta de alimentos y espacio vital”, ya que muchas zonas se volverían «inhabitables» para la mayoría de las especies que residen actualmente en esas áreas.
El estudio concluye que “un calentamiento tan rápido y extremo devastaría las especies y los ecosistemas actualmente ubicados en las áreas marinas protegidas” y esto “podría llevar a la extinción de algunos de los animales más singulares del mundo y la pérdida de biodiversidad”, señala el documento publicado en la web de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
La investigación asegura que “las áreas marinas protegidas con mayor riesgo incluyen aquellas en el Ártico y la Antártida, en el Atlántico noroccidental, y las reservas recientemente designadas de no captura frente a las islas del norte de las Galápagos, Darwin y Wolf”.
Por último, se detalla que las áreas “se calentarán especialmente rápido” y que amenazarán a “numerosos mamíferos marinos como los osos polares y los pingüinos”.
“Con el calentamiento de esta magnitud, esperamos perder muchas, si no la mayoría, de las especies de animales de las Áreas Marinas Protegidas para el próximo siglo”, señaló Bruno.
«Para evitar los peores resultados, tenemos que adoptar inmediatamente un escenario de reducción de emisiones en el que éstas alcancen su máximo en las próximas dos décadas y luego disminuyan significativamente, reemplazando los combustibles fósiles con fuentes de energía más limpias como la solar y la eólica”, agrega el investigador.