“Todavía tenemos las águilas”, cuenta Bob Hardy, bajista de Franz Ferdinand. Las águilas en verdad son gaviotas, el ave que utiliza el Festival de Viña del Mar como trofeo con el que premia el público a sus artistas. La banda lidera por Alex Kapranos se presentó el año 2006, cuando visitó Chile como teloneros del show de U2 en el Estadio Nacional. “Ibamos a un festival de música y nunca supimos que era un show de televisión. Había llamas que salían del escenario. Nunca supimos que las habría”, cuenta riendo Hardy a Publimetro, y agrega: “Era como ser The Beatles porque cuando nos fuimos en la van de la Quinta Vergara, nos perseguían con cámaras y flashes. Fue muy extraño e increíble a la vez. Cuando llegamos al hotel nos sentamos en el balcón, firmábamos cosas y se la tirábamos a la gente”, recuerda el bajista.
Su participación en el certamen musical sigue siendo tema recurrente entre los integrantes del grupo, asegura y define aquella experiencia como algo “verdaderamente surreal e increíble”. Hardy también cree que ese show ayudó al grupo a tener la popularidad actual de la que gozan en Chile y Sudamérica. Una que vienen a reafirmar el próximo martes 9, cuando presenten su más reciente álbum llamado “Always ascending”, en el Teatro Caupolicán.
Ya son cerca de 15 años desde que publicaron “Take me out”. ¿Qué queda de esa banda?
– Creo que pasar por este proceso de cambiar de alineación (se fue Nick McCarthy y llegaron Dino Bardot y Julian Corrie) es como empezar de nuevo. Nos entusiasma el no saber cómo va terminar. Ese tipo de atmósfera, en la que hemos trabajado en este año y medio, escribiendo y grabando, es como estar en una nueva banda. Esa energía estaba en nuestro trabajo en el comienzo y se verá en los shows en vivos. Ir con nuevas canciones y una nueva alineación se siente como si fuéramos por primera vez.
¿Cómo sientes que las nuevas canciones funcionan con sus clásicos?
– Es un interesante proceso el ir al ensayo y tocar el material antiguo con Julian y Dino. Lo que somos capaces ahora que somos cinco es más que cuando éramos cuatro. Hay aspectos de las canciones que nunca hemos tocado en vivo. También hay nuevas partes y mezclas del material antiguo. Así que es bien emocionante. Lo nuevo funciona muy bien con este material. Tienen mucho en común. Tocar las canciones nuevas siempre es lo que una banda disfruta más.
¿Cómo creen que los recibirá el público con este álbum que han descrito como una nueva era para el grupo?
– Tenemos nuevas canciones y es una nueva banda. Ese es el tipo de emoción que uno tiene cuando inicia un grupo, cuando escribes las canciones sin esperar mucho. Cuando conocimos a Julian, fue algo muy natural y normal que viniera al estudio y tocara con nosotros. Eso nos sirvió para sentir que somos una banda nuevamente. También pasó con Dino. Ha sido como un renacimiento de la banda. Es genial ver a los fanáticos abrazar a los nuevos integrantes. Recibimos mensajes de los fanáticos de Sudamérica que están expectantes de ver a la nueva banda. Estamos muy entusiasmados.
Tiene un vínculo especial con sus fanáticos de Chile y Sudamérica. ¿Por qué crees que se generó?
– Creo que fuimos muy temprano en nuestra carrera. Tocamos en ese festival en Viña del Mar. Después nuestro sello discográfico nos contó que salió en vivo a todo Chile y Sudamérica y nosotros dijimos: “¡Qué!”. Derrotamos al ‘monstruo’ y nos llevamos los trofeos (ríe). Todavía tenemos los trofeos que nos dieron, las águilas…
¿Quién las tiene?
– Están en el estudio donde ensayamos y escribimos. Es algo genial. Fue una de las cosas más inusuales e increíbles que hemos hecho.