Braquiterapia: la técnica radiactiva que minimiza los riesgos de impotencia sexual por cáncer de próstata

Una luz de esperanza para tan compleja enfermedad.

El cáncer de próstata sigue aumentando sus cifras a nivel mundial, por lo que la promoción sobre la prevención y el diagnóstico temprano, se han transformado en el desafío de miles de organizaciones a nivel mundial. Pero también, la tecnología y la ciencia han hecho lo suyo buscando nuevas terapias que puedan aportar a frenar esta enfermedad: con fuentes radiactivas.

“Lo bueno” en comparación a otros tipos de cáncer, es que es tratable en sus etapas iniciales, por eso la detección temprana es crucial para mejorar las tasas de supervivencia. Dentro de sus tratamientos, la braquiterapia se ha consolidado como eficaz alternativa.

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¿Qué es la braquiterapia?

La braquiterapia implica la colocación de fuentes radiactivas directamente dentro o cerca del tumor, en este caso, en la próstata. Esta técnica ha ganado reconocimiento como una opción eficaz y segura para el tratamiento del cáncer de próstata.

Se considera una terapia de alta precisión, porque la braquiterapia permite una administración precisa de radiación directamente en el tumor, minimizando la exposición a los tejidos circundantes sanos. Esto reduce el riesgo de efectos secundarios en órganos adyacentes como el recto y la vejiga.

Además, requiere poco tiempo, a diferencia de la radioterapia externa, que puede requerir varias semanas de tratamiento, la braquiterapia se puede realizar en una o pocas sesiones, dependiendo del tipo específico de braquiterapia (de baja o alta tasa de dosis).

“Minimiza los riesgos de impotencia sexual”

Diversos estudios han demostrado que la braquiterapia ofrece tasas de control del cáncer comparables o incluso superiores a las de la prostatectomía radical y la radioterapia externa, especialmente en cánceres de próstata localizados y de bajo riesgo.

“Esta radiación se utiliza cuando el cáncer de próstata está localizado y, a diferencia de la radiación externa, tiene una mayor tolerancia y produce un efecto más profundo sobre el tejido prostático. El procedimiento, que es ambulatorio y minimiza los riesgos de impotencia sexual, en comparación con la cirugía y la radioterapia externa, dura alrededor de una hora y media, y se implantan entre 100 y 120 semillas”, nos explica Felipe Balbontín, urólogo y director de la Corporación Chilena contra el Cáncer de Próstata.

Menos invasivo

Al hablar de nuevas terapias y tecnologías, para el tratamiento de enfermedades, una de las primeras preguntas de la población es respecto al impacto o consecuencias. Los especialistas señalan que esta terapia “impacta menos en la calidad de vida y es menos invasiva”.

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Los pacientes que se someten a braquiterapia suelen experimentar menos efectos secundarios graves relacionados con la función sexual y urinaria en comparación con aquellos que optan por la cirugía o la radioterapia externa . Además, la braquiterapia es menos invasiva que la cirugía, lo que se traduce en tiempos de recuperación más cortos y menor riesgo de complicaciones postoperatorias.

La braquiterapia puede utilizarse sola o en combinación con otras modalidades de tratamiento, como la radioterapia externa y la terapia hormonal, para pacientes con cáncer de próstata más avanzado o de mayor riesgo. Los datos a largo plazo respaldan la eficacia de la braquiterapia, mostrando supervivencias libres de enfermedad significativas en muchos

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