Científicos logran descifrar el misterio de los terremotos de la Luna: Todo fue culpa de una nave abandonada de la NASA

Una de las misiones de Apolo de la NASA dejó en la superficie de la Luna una aparato con sismógrafos para detectar movimientos telúricos.

La Luna tiene movimientos telúricos. Eso es un hecho que se ha detectado desde la Tierra, gracias a las herramientas que las agencias espaciales han puesto en nuestro satélite natural. Encontrar el origen de estos terremotos o temblores es lo complejo para los científicos.

Hay estudios que dicen que hace millones de años hubo erupciones volcánicas en la Luna. Entonces, las placas tectónicas debajo de estas superficies serían los responsables de los temblores en la bola redonda que nos alumbra durante las noches.

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Y aunque esta es una teoría que sigue teniendo argumentos firmes, habían otros pequeños temblores que tenían a los científicos con las manos en la cabeza, preguntándose de dónde venían o cómo se originaban. Sobre esto se plantearon varias hipótesis hasta que un equipo de la Universidad de California, en Berkley, dio con el clavo: todo es culpa de la NASA.

La investigación de este equipo de expertos encuentra evidencia de que una nave Apolo abandonada en la Luna está causando pequeños terremotos. El estudio, publicado en la revista Nature, se basó en datos de sismógrafos instalados en la Luna por la Agencia Espacial Europea (ESA).

El estudio registra cálculos en los que se muestra que los terremotos se producen en un área alrededor de la nave Apolo 12, que fue lanzada en 1969. Se trata de pequeños temblores con magnitudes de entre 2,5 y 3,5, pero son lo suficientemente grandes como para ser detectados por los sismógrafos.

¿Qué dicen los científicos? Concluyen en que los temblores están siendo causados por el calentamiento y enfriamiento de la nave Apolo. La nave está hecha de acero, que es un buen conductor de calor. Cuando la nave se calienta por el sol, se expande. Cuando se enfría, se contrae. Este proceso de expansión y contracción está causando que la tierra alrededor de la nave se mueva, lo que provoca terremotos.

“La superficie lunar es un ambiente extremo, que oscila entre -208 grados Fahrenheit (-133 grados Celsius) en la oscuridad y 250 grados Fahrenheit (121 grados Celsius) bajo el Sol directo” explicaron los expertos, según reseñó CNN En Español.

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