El hallazgo de un cuerpo femenino esqueletizado en la comuna de Ñuñoa, llevó a la Policía de Investigaciones (PDI) a tomar declaraciones a dos monjas que viven a dos cuadras del lugar donde fue dejado el cadáver, en la calle Las Talaveras, a la altura del 300.
Si bien en primera instancia se especuló que podría tratarse de una muerte producto del crimen organizado, tras las primeras diligencias, se descartaron lesiones atribuibles a terceras personas.
Ahora, tras la confesión de una religiosa de 80 años, se indicó que la muerte de la mujer de 60 años habría ocurrido en el domicilio donde vivían, producto de un cáncer que padecía, informaron en el matinal Contigo en la mañana de CHV.
Además, la hipótesis investigativa apunta que producto de la profunda tristeza, la religiosa -que incluso es sindicada como supuesta pareja de la víctima y tendría problemas seniles debido a su avanzada edad- no habría querido enterrar el cuerpo, manteniéndolo en el domicilio por meses, hasta su descomposición total.
Tras ello, sacó a la calle una maleta, con una bolsa de basura en su interior donde se encontraban los restos de la fallecida.
“La persona que declaró durante las últimas horas se llama Lorena Patricia Ramírez Beccera. Es una religiosa de 80 años que prestó declaración ante la PDI. La historia es compleja, es complicada, la última información que tenemos es la siguiente: se trata de una persona, de una religiosa, que tenía cáncer y que falleció hace varios meses de cáncer”, reveló el periodista de CHV.
“La otra religiosa, que vivía con ella, no la enterró ni tampoco lo informó, la mantuvo a resguardo en su casa y esta persona, que fue la tuvo que declarar, es senil. Esto no es crimen organizado, se trata de una persona que muere de cáncer. Ellas vivían juntas y de alguna manera le da pena a ella enterrarla, y la mantiene al interior de su casa”, sentenció, consignó La Cuarta.
El hallazgo
Fue el lunes cerca de las 15 horas cuando se encontraron los restos de la víctima de 60 años, quien se encontraba desmembrado al interior de una bolsa de basura, cuya data de muerte es de, “de al menos seis meses”, indicaron las policías.
A través de las cámaras de seguridad, se reveló que un hombre que se trasladaba en un triciclo motorizado color azul, fue quien dejó los restos en plena calle Los Jardines, los cuales sacó del interior de una maleta.
Fue así, como a través de nuevas imágenes, se descubrió que una monja sacó a la calle una maleta, la misma donde aparecieron las osamentas a dos cuadras.
Desde ahí, la PDI llegó hasta un domicilio ubicado en la calle Los Jardines, donde viven las religiosas y es utilizado como centro de donaciones.