En el marco de su interrogatorio ante la ministra en visita Romy Rutherford, el excomandante en jefe del Ejército y otrora subsecretario de Defensa, Óscar Izurieta Ferrer, reconoció haber utilizado recursos de gastos reservados de la institución para fines ajenos a los que establece la ley.
El exoficial está siendo procesado por el mal uso de fondos asignados a la institución por un monto total de $6.374.996.162, entre marzo de 2006 y marzo de 2010. Su nombre surgió en las declaraciones prestadas por dos coroneles, Sergio Vásquez y Jorge Cortés, quienes cumplían funciones en el Departamento de Finanzas de la Comandancia en Jefe del Ejército.
En una resolución de 755 páginas filtrada por La Tercera, la ministra Rutherford indicó que Izurieta reconoció una serie de delitos, entre ellos el desvío de dinero destinado a labores de inteligencia y contrainteligencia para financiar actividades, lobby comunicacional e incluso para requerimientos de la familia del fallecido dictador Augusto Pinochet.
Según indicó la jueza, Izurieta “en sus primeros años parte de los recursos de gastos reservados iban al general Pinochet y su familia (...) Afirma que el general Pinochet gastaba mucha plata porque era una persona que mucha gente hubiese querido que muriera antes de su muerte natural”, y que luego de su detención en Londres “había mucha animadversión con él” y era un general “que había que cuidar”.
El excomandante explicó que el vínculo con la familia Pinochet estaba en manos de la Comandancia Guarnición del Ejército de la Región Metropolitana, la cual “se encargaba de mantener todo el sistema de escolta, de salud y de apoyo, de la gente que custodiaba y atendía al general”. Afirmó que el personal encargado de atender al fallecido dictador fue disminuyendo, ante lo que parte de los dineros de los gastos reservados se destinó para “enfermeros, médicos, escoltas, conductores, todo el apoyo para el general Pinochet y su señora”.
Izurieta indicó que “a veces la señora del general Pinochet (Lucia Hiriart) lo llamaba solicitando alguna ayuda económica y reconoce que le entregaba los recursos o se los enviaba con alguien (...) Quizá ocurrió en dos ocasiones en que le entregó $1.000.000 cada vez”.
En otro de los puntos, dio a entender que parte de los gastos se destinaban a lobby comunicacional: “Era importantísimo para el Ejército que el Secretario General se relacionara muy bien con los editores generales de los distintos medios de comunicación, que se anticipara a cualquier columna relativa al Ejército, que se relacionara con los medios de comunicación, con los editores y periodistas, a veces influir en una columna, armar una red de información que no pudiera perjudicar al Ejército”.
“Refiere que la imagen es una y que cuando se deteriora la imagen del Ejército baja notoriamente la credibilidad de la institución y hay que anticiparse a ello. Afirma que para lograr este objetivo había que pagar almuerzos con los periodistas, pagar regalos para entregarlos a estos y otros detalles chicos también para ellos”, añadió la resolución de la jueza Rutherford.
“En cuanto dice relación con fondos provenientes de gastos reservados, estos se gastaban en hacerles regalos, reunirse en varias oportunidades y pagar las cenas y comidas, comprar un paper, hacerles invitaciones, etc”, complementa.
Por otro lado, Izurieta explicó la creación de un modelo de regalos para matrimonios y que su sistema de pago “se hizo con el mismo sistema del pago de los regalos que refirió anteriormente, vale decir, con el sistema que venía de los periodos anteriores al suyo”.
De esta forma, el texto señala que si bien el excomandante “dice que él no dispuso expresamente a (Jorge) Cortés que utilizara gastos reservados. Menciona que él no preguntó a Cortés con qué recursos los pagaba. Señala que no existe un ítem del presupuesto ordinario que permita realizar este gasto”.
Respecto a la forma de trasladar el dinero, el documento señala que Izurieta asegura haber recibido anualmente entre $70.000.000 o $72.000.000 en gastos reservados mediante un sobre con dinero, a lo que se sumaban $6.000.000 que pedía directamente a Cortés.
“Asevera que este dinero él lo recibía y los dejaba en una caja de fondo en la oficina. Expresa que también tenía caja de fondos en la casa. Explica que estos recursos los iba gastando o entregando según la actividad”, dice el escrito, detallando que ese dinero siempre lo llevaba en una maleta o en el bolsillo, dependiendo del monto.
Entre las actividades realizadas con los gastos reservados, se detalla un evento que se realizó en el Hotel Crown Plaza en 2009: “Indica que este evento lo inauguró la Presidenta de la República y que el deponente logró que expusieran, entre otros, el expresidente Frei y el en ese momento candidato presidencial Piñera. Además, dice que trajeron gente de Europa, Perú, Argentina y Bolivia a exponer. Afirma que en esa actividad se gastaron alrededor de $70.000.000 de gastos reservados e indica que sacó esos recursos de la caja fuerte de su casa con los recursos que tenía guardados de los que le había entregado Cortés mensualmente”.
A dicho evento se suma otro realizado en el norte de Chile: “Narra que a los columnistas, los expertos de opinión y de defensa, comisiones de defensa, empresarios, políticos, periodistas, académicos, entre otras personas, se les llevó a Iquique en avión. Señala que deben haber sido unas 40 personas. En dicho lugar, se les recibió con una comida, se les entregó tenida de combate. Al día siguiente se les presentó el proyecto Ejército, respecto de qué querían construir en la institución y qué se buscaba cambiar. Después se les llevó a, lo que hoy es, la Segunda Brigada Acorazada y se les hizo una exposición del material que iba a llegar”.
Finalmente, Izurieta confiesa haber recibido él mismo dineros de gastos reservados, $800.000 mensuales entre abril de 2010 y julio de 2017.
“Asegura que el dinero lo utilizó en comida, peaje, combustible, en que se trasladaran a sus casas estas personas, pagar estacionamiento, en adelantarse en algunas áreas y vigilar que dichas áreas estuvieran seguras. Indica que ambas personas fueron designadas por el Ejército. Menciona que la Institución no les pagaba su alimentación, por lo tanto si él no se las costeaba, ellos no podrían hacerlo. Explica que, además, los traslados tampoco se los costeaba nadie, por eso se los pagaba él con estos recursos. Reconoce que estos dineros nunca los depositó, sino que usó los recursos en la medida que se iba necesitando”, consignó el documento.
Al concluir, el exmilitar aseguró haber asignado la suma de $400.000 a los excomandantes en jefe que le precedieron: Ricardo Izurieta Caffarena y Juan Emilio Cheyre, montos independientes a los que entregaba al general Pinochet.