Los 103 millones de dólares en que se subastó la medalla del Premio Nobel de la Paz del periodista ruso Dmitry Murátov representan un valor intrínseco largamente superior a tal suma, que registra el record en las iniciativas de esta índole. La fortuna pagada por un magnate suizo ya se depositó directamente a los fondos de Unicef para apoyar las campañas de ayuda a los niños desplazados por el conflicto en Ucrania, aunque el gestor de la idea quiso enfatizar que “hoy el mensaje más importante es que la gente entienda que hay una guerra y que necesitamos ayudar a las personas que más sufren”.
El 93 había sido cofundador del diario ruso Novaya Gazeta y era su editor cuando cerró en marzo debido a las restricciones del Kremlin al comienzo de la invasión a Ucrania. “No puedo atribuirme el mérito de este premio. Es mérito de Nóvaya Gazeta. Es para aquellos que murieron defendiendo el derecho de las personas a la libertad de expresión”, expresó entonces Dmitry frente a los miembros de la Academia Sueca.
Murátov estuvo en el remate de Heritage Auctions en Nueva York, donde reconoció que “esperaba ver una enorme cantidad de solidaridad, pero no que fuera tan enorme”. Por cierto, la estrategia de los subastadores se basó en la sensibilización sobre la guerra de Ucrania, como reconoció el ejecutivo Joshua Benesh: “Sabíamos que iba a haber una tremenda ola de interés de la gente que estaba conmovida por la historia de Dmitry”, dijo.
Crítico de Putin
El benefactor siempre cuestionó la anexión rusa de Crimea de 2014 así como la guerra que comenzó en febrero, desplazando a casi 5 millones de ucranianos a otros países en busca de seguridad. Sin embargo, en abril pasado, Murátov fue atacado con pintura roja cuando viajaba en un tren en Rusia. El atacante le gritó: “Murátov, esto es por nuestros muchachos”.
Como sea, el máximo valor pagado por una medalla del Premio Nobel era de US$4,76 millones en 2014, cuando vendió la suya James Watson, uno de los descubridores de la estructura del ADN (Nobel 1962). Se calcula que si alguien quisiera fundirla, el oro de la presea de 23 quilates y 175 gramos podría valer unos diez mil dólares. Al fin, a ojos de la comunidad mundial, el gesto de Murátov no tiene precio…
