Una estrella en el paseo de la fama de Hollywood representa la mayor aspiración de una celebridad mundial que en su vida ya acumuló éxito, fama y fortuna. Como en estos tiempos nada es gratis, esa consagración también tiene un alto precio que en su momento debieron pagar los dos únicos chilenos que cuentan con esa distinción eterna: el cantante Lucho Gatica y el animador Don Francisco.
Por ese paseo desfilaron alguna vez de la historia la inmortal Marilyn Monroe, Steven Spielberg, Kobe Bryant, Michael Jackson, Lenny Kravitz, William Dafoe e incluso la polémica Shakira, en un espejo de la diversidad de celebridades que cumplieron los requisitos para adjudicarse ese premio equivalente al Nobel de los artistas, comunicadores y deportistas (y acaso, de la vanidad).
El Paseo de la Fama se originó en 1958 sobre las veredas de Vine Street en Hollywood Boulevard y hasta hoy se adjudicaron 2.782 estrellas. La iniciativa nació de la Cámara de Comercio de Hollywood, que acaba de anunciar un nuevo impulso al evento que convoca al jet set. El objetivo oruginal era “mantener la gloria de una comunidad cuyo nombre significa glamour y emoción en los cuatro rincones del mundo”, según el sitio oficial del Hollywood Walk of the Fame.
Acaso con un afán democratizador, ahora habrá una novedad importante: a partir de 2025, otros treinta y seis nombres famosos quedarán inmortalizados sobre el suelo del boulevard, según informó hace pocos días el presidente de la Cámara de Comercio, Steve Nissen.
Entre los personajes que recibirán este honor resaltan algunos nombres como los de las ganadoras del Oscar Jane Fonda y Jessica Chastain, Colin Farrell, Emilio Estévez y Robert Englund, así como la bailarina Misty Copeland, el periodista Chris Wallace y la presentadora Sherri Sheperd. En la música figuran Prince, Los Bukis, Temptation, Depeche Mode, Green Day, entre otros, y en entretenimiento deportivo le corresponde al excrack inglés y dueño del club Inter Miami, David Beckham.
En todo caso, este jueves 27 de junio se develerá la estrella 2.783, para distinguir de forma póstuma a la cantante hispano-mexicana Jenni Rivera, fallecida en el año 2012 tras un accidente de avioneta.
El valor de la fama eterna
El gran cantante melódico y rey del bolero Lucho Gatica, nacido en Rancagua y consagrado en México en los sesenta, recibió su estrella en 2008, convertido en leyenda por su interpretación de Bésame mucho yEl Reloj, entre sus incontables éxitos disqueros.
Y Don Francisco ya sumaba más de cinco décadas como conductor de Sábados Gigantes y era un estandarte de la televisión latina cuando en 2001obtuvo el mismo reconocimiento.
Para llegar hasta esa instancia memorable, sin embargo, ambos debieron cumplir con todos los requisitos de la postulación, que cada año supera los 200 famosos interesados en graduarse formalmente de tales.
La solicitud inicial tiene un valor de 250 dólares y exige algunos documentos. Para superar esa etapa básica el postulante necesita cumplir con un cuaderno de exigencias que considera prestigio, trayectoria, reconocimiento y alguna participación en obras sociales. Una vez alcanzada la preselección, la organización demanda un pago de 75 mil dólares. Según la comisión de la Cámara de Comercio, esa alta suma la suelen solventar auspiciadores, productores o alguna compañía y se destina al financiamiento de la creación e instalación de la estrella, el mantenimiento de ese sitial y el costo de la ceremonia respectiva.
Mientras que todas las estrellas se instalan en la acera para que las personas caminen sobre ellas y se tomen fotografías, existe una que no se puede pisar: el mítico campeón de boxeo Muhammad Ali recibió su homenaje en 2002, pero exigió que nadie caminara sobre su estrella y por ello se instaló en la pared del Dolby Theatre. Y hay más curiosidades recientes. El concejo municipal de West Hollywood exigió en 2018 eliminar la del expresidente Donald Trump por deshonrar con sus criticas a las minorías, los inmigrantes y los musulmanes. Pero el poder de la historia demuestra que una estrella no se toca…