Este lunes, en un nuevo capítulo de “Juego textual”, las panelistas conversarán con el periodista Ignacio “Nacho” Gutiérrez. El comunicador se referirá a su reciente matrimonio con el doctor Rodrigo Macaya, tras una década de relación. “Durante 10 años no puse nunca una foto de Rodrigo públicamente en ninguna parte. Era porque hay gente que no opta por la exposición en la vida”, explicará el periodista.
Pero además agregará que el hijo de su esposo, Tomás, fue parte fundamental en la decisión de hacer un matrimonio tan público, sin esconder nada.
Al respecto, recordará que hizo pública su orientación sexual poco tiempo antes, producto de la demanda que interpuso contra Chilevisión en 2016, donde terminó demandando al canal por discriminación. “Yo no había salido del clóset porque cada persona tiene su tiempo. Pero para poner la ley Zamudio tuve que salir del clóset”, señalará.
Sobre ese duro incidente con el canal donde conducía el matinal, Gutiérrez recordará que resultó muy traumático. “Me dijeron que los homosexuales no podíamos conducir programas de televisión. Y me presentaron a un actor que iba a ser mi coach para ser más amanerado y ser el homosexual del programa. Querían que fuera el tío gay”, revelará.
“Era menos doloroso que me echaran. Fue un gran sufrimiento, no me he recuperado. Pasé dos meses encerrado en mi casa, medicado. Cuando salía recibía insultos homofóbicos”, precisó.
Sus apoyos en la TV
A propósito, el periodista aprovechará de destacar el apoyo de algunos de sus amigos televisivos, que sirvieron de testigos suyos en el juicio. Específicamente sobre Fran García-Huidobro, será categórico. “En algo en lo que no estaba involucrada, y trabajando en un canal con el que yo tenía un juicio, decidió arriesgar todo lo que tenía por apoyarme a mí y evitar la discriminación”, dirá sobre la ex animadora de “Primer plano”.
Ignacio Gutiérrez también hará una divertida confesión que involucra a la exPrimera Dama de Estados Unidos, Hillary Clinton. De acuerdo a lo que contará, la conoció en 1998, poco después del escándalo Lewinsky, cuando siendo practicante en una delegación chilena en Washington le tocó ir a una fiesta de Navidad a la Casa Blanca, y, por ser el único chileno ahí, lo invitaron a hablar con ella.
“Hillary se sentó y me dice que va a ir a una visita de Estado a Chile. ‘Quiero saber qué regalarle a la Primera Dama. ¿Cómo es la Primera Dama?’, me dice. Y yo no tenía idea, no conocía a Martita (Larraechea)”, confesará Nacho. “Nunca supe qué le trajo. Sólo sé que llegó con súper buena actitud y después en su libro la nombró, entonces se hicieron buenas amigas. O sea, soy un buen diplomático”, reirá el periodista.