Las películas con historias de amor siempre lo pintan todo de colores. En ellas, las personas que son más dignas de amor son las que irradian luz y felicidad, las que siempre están rodeadas de amigos y son el alma de la fiesta. Siempre están bien y tienen la respuesta a todos los problemas, sin embargo, poco se habla de las veces en las que una no está en su punto más alto, de quienes son más introvertidas y calladas.
Y es que en la vida real no siempre se irradia esa luz porque hay momentos difíciles que nos hacen sentir que no somos suficientes ante un mundo que ignora a quienes cargan con un gran peso encima.
Puede que sí tengas todos esos colores pero a veces, se desvanecen y vuelven a aparecer y desaparecer en otro momento. Porque así es la vida, así somos las personas tan llenas de matices.
Puede que seas diferente al resto y que sientas que no perteneces. Quizá te han señalado de ser extraña e incluso te han dicho que eres “difícil de amar” por todas esas emociones tan intensas.
La verdad es que cuando de amor se trata, quienes somos diferentes terminamos pensando que no somos dignas de tener algo lindo con alguien.
El amor es más que sólo amar al otro en sus momentos de alegría y color, es también entender que hay corazones rotos que están luchando por sanar y que aunque no están irradiando esa luz ahora, merecen ser amados.
Una relación no es garantía de un felices por siempre, no va a arreglar tus problemas ni es un remedio mágico que mejora todo pero cuando llega la persona correcta, se siente como tal y puede llevarte a tu punto más alto.
Deja de creer que tus defectos te hacen indigna de un amor bonito, deja de permitir que otros definan lo que vales y quédate con quien te ame con todo eso que te hace tan única.
La vida es demasiado complicada y con los tiempos felices también vienen momentos que te hacen tambalear. Es entonces cuando esa persona que te ama de verdad se quedará a tu lado para enfrentar la adversidad juntos.
Por eso es importante estar con la persona que te tomará de la mano cuando las cosas se pongan difíciles, que te permita apoyar tu cabeza en su hombro y que te escuche incluso cuando no sepas qué decir.
Quédate con alguien que acepte todas las versiones de ti misma, desde los días soleados hasta en la tempestad, en lo bueno y lo malo. Que no te diga que para amarte tienes que cambiar lo que eres y que no te haga sentir que está todo mal contigo.
Mereces un amor bonito, un amor que te haga sentir que eres perfecta, aunque no lo seas (porque nadie lo es y he ahí la belleza de ser humana).
Sí, siempre hay cosas que puedes cambiar por un bien común pero sobre todo, para tu propio crecimiento pero quien se enamore de ti por todo lo que eres y lo que no, te ayudará a ver esos pequeños defectos como oportunidades para ser tu mejor versión.