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“No son barras, son maras”: Guarello asegura que “se metió el narco de cabeza” entre los barristas de Colo Colo y la U

El periodista deportivo emplazó a las autoridades públicas y clubes nacionales para enfrentar la violencia en los estadios.

Juan Cristóbal Guarello afirmó este jueves que el narcotráfico se instaló hace un buen tiempo en las barras bravas de Colo Colo y la U, y que tanto el Gobierno como los dirigentes de los clubes chilenos “no quieren” combatirlo “por esa beatería que hay a la hora de enfrentar el problema”.

La declaración del rostro deportivo llega luego de la serie de incidentes en que se han involucrado los barristas albos y azules en el último tiempo, y que han significado que tanto el club popular como el universitario hayan reducidos sus aforos para poder controlar posibles desmanes.

La teoría narco-barrista de Guarello

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“Ya no son barras, son maras. Según un hilo (de la red social X) que salió, esto habría empezado a comienzos de 2020, en pleno estallido social, un poco antes de la pandemia, cuando la barra de la U estaba haciendo una colecta para damnificados de Valparaíso y llegó un grupo de la ‘Garra Blanca’ y le arrebató un lienzo”, recordó Guarello en lun.com.

“Y como contragolpe, un grupo de ‘Los de Abajo’ descubrió un escondite de la ‘Garra Blanca’ y les robaron de vuelta. Lo paradójico es que esta guerra de barras declaradas se inició justo en el momento de mayor éxito de la consigna ‘perdimos tanto tiempo peleando entre nosotros’. En ese mismo momento se establece ese relato en la sociedad, influido por algunos políticos e ingenuos, sociólogos, incluso, que salían en programas de radio”, agregó el autor del libro-ensayo “País barrabrava” (2021).

“En ese momento se habían declarado la guerra la ‘Garra Blanca’ y ‘Los de Abajo’. Imagínate el nivel de falsedad de ese slogan, que tiene su demostración más brutal para el aniversario del estallido, cuando se agarran a puñaladas en Plaza Italia. Aún con este episodio sangriento, mucha gente pro barra brava no quiso ver e insistió que las barras eran antifascistas, aliadas, una mentira insostenible que siguen sosteniendo, pese a que los hechos contundentes los aplastan”, explicó el periodista, ya convencido que el narcotráfico se tomó a gran parte de las barras bravas chilenas.

“Se nota que se metió el narco de cabeza. ¿O los antifa de las barras también están armados? El discurso de que las barras son antifas ya no se sostiene, salvo por algunos engrupidos, alumbrados. Es delincuente común que aprovecha la cobertura del fútbol para tener poder y recaudar plata. El barrabravismo es el negocio de la extorsión y se está transformando en maras, en grupos criminales, que se van a terminar comiendo al fútbol, destruyendo la actividad”, alertó.

“En Chile, el lumpenfascismo y narcofascismo en grandes sectores de la sociedad están asolando barrios enteros. No soy experto, pero con respecto a las barras hay que tener una unidad antibarras bravas conformada por las policías, que tengan inteligencia e intervención. Pero el Gobierno no quiere, los clubes no quieren, nadie quiere. No se atreven porque es impopular, por esa beatería que hay a la hora de enfrentar el problema, de que es discriminatorio, que es criminalizar la pobreza. Aquí no se está criminalizando la pobreza, estamos criminalizando a los criminales”, finalizó.

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