Como en los peores tiempos de José Mourinho, cuando el Real Madrid se sabía menos que el Barcelona de Josep Guardiola, el conjunto español, hoy dirigido por Carlo Ancelotti, planteó un partido ultradefensivo en el Parque de los Príncipes ante el París Saint-Germain, por la ida de los octavos de final de la Champions League. Parecía que sacaba adelante la tarea con un empate sin goles -ahora no valen doble los de visita-, pero Kylian Mbappé, pasado, presente y futuro del fútbol mundial con apenas 23 años, desniveló con un gol descomunal a los 94′, en un triunfo clave de cara a la vuelta del 9 de marzo.
Los “merengues” no le hicieron honor a su historia, ésa que dice que son los máximos ganadores de la “Orejona” con 13 trofeos, y se pararon cual equipo chico de la Ligue 1 en el césped parisino. Hasta Karim Benzema jugó en su propia mitad.
El PSG atacó una y otra vez, con su joven crack como principal arma de ataque. Por algo Florentino Pérez llegó a ofertó 200 millones de euros en el reciente mercado de pases para llevárselo.
Sin embargo, no había caso con la “muralla blanca”, hasta que el campeón con Francia en Rusia 2018 se fabricó un penal del inocente Dani Carvajal. No obstante, Thibaut Courtois estuvo soberbio para taparle el remate a Lionel Messi, a los 62′.
Lejos de echarse a morir, los galos siguieron machacando. Mauricio Pochettino hasta ordenó el ingreso de Neymar, quien no jugaba desde el 28 de noviembre.
Y el brasileño inició la maniobra que cambiaría el encuentro. Con un taco le cedió la pelota a la “Tortuga Ninja”, quien en un espacio mínimo se sacó de encima a dos rivales y definió entre las piernas del arquero belga, para decirle al mundo que es el mejor futbolista de la actualidad y que pretende serlo por un buen rato.