Angelina Rodrigues (40) llegó de urgencia hasta el hospital local de Sao Lucas en Brasil asegurando que había dado a luz, por lo que necesitaba atención médica y llevando consigo a un recién nacido.
Sin embargo, la mujer caminaba normalmente y se negaba a someterse a exámenes, por lo que causó desconfianza entre los funcionarios del recinto, llamando de inmediato a la policía.
Los oficiales llegaron y a las horas lograron dar con la verdad: en un bosque encontraron el cuerpo de Mara Cristiana da Silva, una joven de 23 años que tenía ocho meses de embarazo y que tenía signos de haber sido torturada.
De acuerdo a lo consignado por el Daily Mail, la víctima había sido atada a un árbol por el cuello con un alambre de púas y tenía cortes en el vientre provocados por el robo de su bebé.
Ante esto, los policías detuvieron a Rodrigues y a su esposo Roberto Gomes da Silva, siendo acusados del salvaje crimen. El hecho fue confesado posteriormente por la mujer, quien afirmó que emborrachó a la joven antes de atacar a Mara y robarle el lactante.
Y pese a que la atacante aseguró que cometió el asesinato ella sola, los agentes igual detuvieron a su cónyuge. «Creemos que el esposo y una tercera persona participaron, pero todo esto dependerá de una investigación policial», expresaron.
«Las pruebas muestran que Angelina no está embarazada y creemos que el crimen fue premeditado», expresó un portavoz policial.
Por su parte, una tía de la víctima señaló que la criminal se hizo amiga de su sobrina luego que se enterara que estaba esperando una niña.
«La mujer siempre soñó con tener una bebé, y cuando vio que mi sobrina estaba embarazada, comenzó a ofrecerle ayuda», manifestó.
Cabe mencionar que la pequeña se encuentra internada debido a que presenta un corte en su cabeza, creyéndose que la herida la cometió la propia Rodrigues durante el ataque.
