Una investigación de la Universidad de Virginia dio una luz de esperanza en la lucha contra el Alzheimer al descubrir un fármaco que detendría los efectos de esta enfermedad si se utiliza antes que aparezcan los síntomas.
De acuerdo al estudio de la institución estadounidense, la cual fue publicada en la revista Alzheimer’s & Dementia, la memantina podría ser clave para prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad.
En la actualidad, se usa para aliviar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer de moderada a grave. Pero este medicamento que está aprobado tanto en Estados Unidos como en Europa podría tener una importancia mayor a la actual.
«De acuerdo con lo que hemos aprendido hasta ahora, en opinión nunca podremos curar el Alzheimer mediante el tratamiento de los pacientes una vez que se vuelven sintomáticos», resaltó el presidente del Departamento de Biología de la Universidad de Virginia George Bloom.
Por lo mismo, precisó que «la mejor esperanza para conquistar esta enfermedad es primero reconocer a los pacientes que están en riesgo y comenzar a tratarlos con nuevos medicamentos y tal vez ajustes en el estilo de vida que reducirían la velocidad a la que avanza la fase silenciosa de la enfermedad».
«Los experimentos sugieren que la memantina podría tener potentes propiedades modificadoras de la enfermedad si pudiera administrarse a pacientes mucho antes de que se hayan vuelto sintomáticas y diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer», expresó.
En ese punto, agregó que «tal vez esto podría prevenir la enfermedad o retrasar su progresión lo suficiente como para que la edad promedio de inicio de los síntomas podría ser significativamente posterior, si es que ocurre».
«No quiero generar falsas esperanzas, pero si esta idea de usar memantina como profiláctico sale bien, será porque ahora entendemos que el calcio es uno de los agentes que inicia la enfermedad y podemos detener o ralentizar el proceso si se hace muy temprano», remató.
Cabe mencionar además que este medicamento tendría efectos secundarios infrecuentes y sin mayor importancia, por lo que es una señal positiva a futuro en la búsqueda de una solución que evite o retrase los efectos causados por el Alzheimer.