El colmo de la encomienda vivió un cliente escocés de la tienda de despacho Hermes. Quedó disgustado porque recibió un paquete “rociado de sangre de adelante hacia atrás”. Paul Baxter, de Hamilton (Escocia), escribió en sus redes sociales que las salpicaduras en su envío “parecen sangre, se sienten como sangre y huelen a sangre”.
Según The Sun, el analista de negocios estaba seguro de que la sustancia era sangre debido al distintivo olor metálico. Pero Hermes responde que dichas manchas provienen de un derrame en un almacén. Dicen que se imprimieron nuevas etiquetas, pero que los artículos afectados no se reempacaron. Ahora se dieron cuenta de que fue un error.
Una imagen muestra el paquete blanco completo, con manchas de color rojo oscuro en la parte inferior. La sustancia parece haber sido reconocida por un empleado, que colocó una segunda etiqueta encima de la mancha. El cliente tuvo respuesta de la empresa de envíos: le dijeron que paquete tenía pintura, pero, no convencido por la respuesta publicó las imágenes en Twitter.
Era el colmo, sobre todo en tiempos de pandemia. Hay un número creciente de despachos por encomienda como éste.
Ahí en Twitter escribió: “Tengo que decir que escuché algunos cuentos de entrega de pesadillas de @Hermesparcels, pero un paquete rociado de sangre de adelante hacia atrás es nuevo para mí. ¡Saludos muchachos!”.
El colmo pasó: la respuesta
Un portavoz de Hermes dijo que “nos hemos puesto en contacto con el cliente para disculparnos por cualquier preocupación causada. Hubo un derrame de manchas en uno de nuestros depósitos y una pequeña cantidad de paquetes afectados”, detalló.
A eso añadió que “tuvimos que volver a etiquetarlos porque las etiquetas de papel estaban dañadas, pero como el embalaje de plástico estaba intacto y la mancha de la plataforma se había secado, se tomó la decisión de no volver a empaquetar los artículos. En retrospectiva, fue un error”.