Lejos de calmar las aguas, el anuncio del Gobierno de su propio proyecto de tercer retiro, con reintegro, hizo aún más patente las discrepancias entre el oficialismo y la oposición. Porque si bien un sector se abre a discutir la fórmula, como expuso el candidato presidencial del PPD, Heraldo Muñoz, todo pasa porque primero el Presidente Sebastián Piñera retire el requerimiento presentado ante el TC por el retiro “original”.
Eso es lo que permitiría que los dineros lleguen al bolsillo de quienes lo requieren a la brevedad, versus la tardanza que se produciría al tramitar desde cero una nueva iniciativa. Aunque según el presidente de la Cámara, Diego Paulsen (RN), están dispuestos a dar celeridad a la discusión, esa mirada no es generalizada.
En la oposición no sólo se oponen a darle premura por que ya hay un proyecto aprobado -que de promulgarse hoy permitiría que cotizantes tengan sus fondos a mediados de mayo- sino porque introduce elementos que no están dispuestos a transar.
La inyección de recursos al sistema de AFP que el mensaje presidencial supondría -la norma indica que el Estado repone 1 punto de la cotización de cada trabajador y el empleador, otro- es considerada como una reforma previsional “de facto” que no están disponibles a pasar por alto. Así al menos lo dijo la presidenta del Senado, Yasna Provoste (DC), que no dudó en reprochar la actitud de La Moneda.
Pese a las críticas, desde Palacio llaman a la oposición a no arriesgarse a que el TC declare inconstitucional lo que aprobaron y a que apuren la propuesta del Presidente. “Basta que se apruebe esta semana y entonces ya la semana siguiente vamos a poder estar haciendo esos mismos pagos, antes de la primera quincena de mayo”, aseveró el vocero Jaime Bellolio.