El proceso define cómo se desarrollará el proceso formativo, con el propósito que los estudiantes que ingresan puedan lograr las competencias comprometidas en los perfiles de egreso de las carreras de pregrado, facilitando entornos para el aprendizaje de calidad, apoyos y acompañamientos necesarios para el desarrollo integral, en toda la trayectoria formativa.
Es lo que distingue una casa de estudios superiores de otra, y en este sentido el modelo educativo de la Universidad Autónoma de Chile basa su experiencia y apuesta en la centralidad en el estudiante, asumiendo este un rol activo y comprometido con su aprendizaje para alcanzar las competencias definidas en su perfil de egreso.
Además, la formación está orientada al logro de competencias disciplinarias, profesionales y genéricas. Mientras que el desarrollo de competencias fundamentales para el futuro laboral apunta a la comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico, comportamiento ético y responsabilidad social.
El cuerpo académico de la Universidad Autónoma de Chile es otra de las bases en que se funda la excelencia del modelo educativo. Así, el staff lo integran profesores mediadores del aprendizaje, que generan experiencias de aprendizaje significativas mediante metodologías activas, donde los estudiantes deben aplicar los conocimientos para resolver problemas en el contexto real de su profesión.
Las evaluaciones para el aprendizaje también comprenden parte selecta en la formación de los alumnos, en que el estudiante debe demostrar el logro de conocimientos, habilidades y actitudes.
Punto aparte son las tecnologías de punta para el desarrollo profesional con que cuenta la Universidad Autónoma de Chile, como centros de simulación, laboratorios, equipos, centros clínicos, software, talleres, entre otros.
Todo con acompañamiento y apoyos complementarios al currículum durante todo el proceso formativo, por lo que el perfil de egreso es actualizado y pertinente a los requerimientos del mundo laboral.
Finalmente, los planes de estudio cuentan con un itinerario formativo organizado en ciclos, lo que permite realizar seguimiento de cómo va alcanzando el logro del perfil cada estudiante, para advertir las brechas en un tiempo oportuno.
