La Universidad Católica Silva Henríquez siempre ha estado cerca de la comunidad, apoyando a los estudiantes provenientes principalmente de sectores más desventajados, y formando a los profesionales que quieren generar un verdadero impacto positivo en la sociedad. Con un marcado énfasis en la promoción de acciones que estén al servicio de la comunidad, la institución ha sabido escuchar y responder a las demandas sociales que han tenido eco especialmente en los últimos tiempos.
“Como universidad apostamos por una formación de calidad, para que los futuros profesionales puedan asumir competentemente el desafío de aportar a quienes más necesidades tienen, desde diversos ámbitos: Salud, Pedagogía, Derecho y Ciencias Sociales en general. Asimismo, desde la investigación, buscamos conocer las características de nuestros jóvenes; las huellas que va dejando la pobreza en sectores periféricos y conocer en profundidad la situación educacional de los niños, niñas y adolescentes de esos sectores, para detectar el aporte que pueden realizar sus profesores desde el liderazgo”, destaca el rector Galvarino Jofré Araya, en relación al por qué estudiar en la Ucsh, entidad adscrita al SUA, la gratuidad y el programa Pace.
Durante la pandemia la universidad ha tenido que renovar su forma de entregar herramientas y mantener la motivación de los estudiantes intacta. El rector subraya el esfuerzo de los académicos por su rapidez en desarrollar contenidos y clases online. “Además de asegurar procesos de acompañamiento sicológico y espiritual para todos aquellos estudiantes, académicos y personal contratado que requería de este tipo de apoyo”, agrega la autoridad.
INNOVACIÓN SOCIAL EN TODO ESCENARIO
La crisis sanitaria fue el escenario perfecto para que la Ucsh pudiera demostrar con hechos concretos su compromiso con la innovación social. El director de ABC LAB de la universidad, Héctor Opazo, señala que la institución se ha destacado por el impulso de procesos de innovación social liderados tanto por estudiantes como por académicos, con un rol protagónico de las comunidades con las que se están trabajando.
“Nosotros, desde antes del 2018, sabíamos que los cambios en los procesos socioeducativos, ecológicos y digitales iban a tener un impacto directo en la forma en la que vivimos y cómo entendemos la vida. La universidad ha innovado en el abordaje de estos desafíos mediante el desarrollo de experiencias formativas que buscan crear soluciones creativas de forma colaborativa, comprometida y empoderada entre nuestros estudiantes y sus comunidades. Esto permite a nuestros jóvenes aprender a ser, a hacer, a sentir y, sobre todo, aprender a transformar”, remata el académico.
De lo anterior, uno de los ejemplos durante la pandemia fue el proyecto de aprendizaje servicio impulsado por un grupo de alumnos de la carrera de Educación Diferencial quienes desarrollaron mentorías virtuales desde Santiago para el Colegio Río Loa de Calama. Este trabajo de acompañamiento tuvo un impacto positivo en más de cien alumnos de educación básica en situación de vulnerabilidad, aportando en su aprendizaje y desarrollo socioemocional.
“Con este tipo de acciones, se contribuye a mejorar la formación de los futuros profesionales que nuestra sociedad necesita, permitiendo experimentar la transformación de la vida tanto de los estudiantes como de las comunidades con la que se está contribuyendo. En la Ucsh el estudiante no es un ser pasivo que recibe conocimientos, sino que se convierte en protagonista de saberes para el desarrollo de sus propósitos de vida orientados al bien común”, señala el rector Galvarino Jofré Araya.
Para el final, desde la Ucsh señalan que el próximo año se espera tener un programa híbrido en el dictado de clases, pero el objetivo es concretar los objetivos esperados por cada carrera siempre teniendo la preparación tanto profesional, como socioemocional de los alumnos como el impacto positivo a la comunidad.