Quizás el nombre de Carrie Symonds no le diga nada, pero en el Reino Unido dice mucho. Es conocida como la «primera novia», por ser la pareja del primer ministro Boris Johnson, con quien vive en el 10 de Downing Street.
De acuerdo al medio español El País, la mujer es una experta en comunicación política de 31 años y acompañó a Johnson a actos de campaña como la visita a un templo hindú en el norte de Londres, participó en una marcha de protesta contra la caza de ballenas en Japón, se sentó junto a su suegro durante el discurso de apertura de legislatura de la reina, e incluso viajó con su compañero al castillo de Balmoral en septiembre. Es la primera pareja no casada que hace uso de la invitación que Isabel II extiende cada año al primer ministro.
Pero no todo es color de rosa, porque se le considera la detonante de la separación entre la autoridad y su segunda esposa, Marina Wheeler, con quien tiene cuatro hijos tras 25 años casado.
Y hay otro escándalo, ocurrido en junio del año pasado, cuando la policía llegó hasta el departamento de Symonds alertada por unos vecinos que habían oído gritos y fuertes ruidos (según The Guardian, que tuvo acceso a su grabación, Carrie habría gritado “suéltame” y “lárgate de mi apartamento”, mientras Boris le habría exigido a ella que no tocara su “maldito portátil”).
La mujer se graduó con honores en Historia del Arte y es hija de uno de los fundadores del diario The Independent y de una abogada del diario.
Durante ocho años desempeñó diversos puestos en el equipo de prensa del Partido Conservador, hasta que en julio de 2017 ascendió al de directora de comunicación. Abandonó el cargo un año más tarde, cuando su relación con Johnson estaba ya en todos en todos los medios de comunicación, para centrarse en el activismo medioambiental, y ahora trabaja como asesora senior en Oceana, una organización que protege los océanos y la vida marina y lucha contra la contaminación por plástico.