En el más abierto choque de dos poderes del Estado desde inicios de siglo, el Congreso opositor peruano inició el lunes la sesión para elegir a magistrados del Tribunal Constitucional (TC) sin tomar en cuenta el pedido del presidente Martín Vizcarra para escogerlos de forma más rigurosa y su anunció de cerrar el Parlamento si no se aprueba una moción de confianza para cambiar el sistema.
El Legislativo, dirigido por el opositor partido Fuerza Popular, quería seleccionar a los magistrados durante la jornada, pero el gobierno se opone a que se realice la votación debido a que los criterios para designar a los candidatos no han sido claros. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también ha indicado que los parámetros para escoger a los aspirantes no son transparentes. Según datos oficiales, seis de los candidatos tienen denuncias fiscales por supuesta violación, secuestro, robo, extorsión, lavado de activos y corrupción.
«Si se vota antes (de la moción de confianza) el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional, consideraré que se denegó la cuestión de confianza», señaló Martín Vizcarra, lo que en consecuencia llevaría al cierre del Legislativo.
El primer ministro Salvador del Solar y sus ministros ingresaron ayer a la sala principal del Legislativo tras una larga espera. Luego de adicionales minutos de tenso diálogo, Del Solar presentó el voto de confianza de manera formal ante el Parlamento para que el Legislativo decida si le otorgan o niegan ese pedido, que es una medida de presión constitucional extrema sobre el Congreso. El pedido no fue analizado hasta la tarde del lunes.
El presidente busca con su proyecto de ley que los candidatos tengan obligatoriamente el respaldo de alguna institución de prestigio, que la ciudadanía pueda presentar impugnaciones sustentadas contra algún aspirante y que los aspirantes se presenten en una audiencia pública donde respondan preguntas sobre su trayectoria profesional y defiendan su posición en temas de relevancia jurídica. Nada de esto ha sucedido hasta el momento y los candidatos fueron elegidos a dedo por la mayoría parlamentaria.
Según la Constitución, un presidente puede cerrar el Congreso y convocar a elecciones parlamentarias en caso de que el Legislativo rechace en dos ocasiones un voto de confianza, el cual implica el respaldo al ejecutivo en un determinado proyecto de ley.
El Parlamento ya negó un voto de confianza al gobierno durante la gestión de Pedro Pablo Kuczynski, a quien Vizcarra reemplazó en 2018 luego de su renuncia por acusaciones de nexos con la constructora brasileña Odebrecht.
El Congreso igual votó
A pesar del pedido del Ejecutivo, los parlamentarios iniciaron de todas maneras la votación y con 87 votos a favor fue electo como primer magistrado del TC Gonzalo Ortiz de Zevallos Olaechea, primo del presidente del Congreso Pedro Olaechea.
La votación del segundo postulante Manuel Sánchez Palacios, no alcanzó los 87 votos requeridos y la sesión fue pospuesta para hoy a las 16:00 horas.
La elección de seis de los siete miembros del Tribunal Constitucional es clave para el manejo del país debido a que es la máxima instancia en asuntos constitucionales y es el órgano que ha decidido en los últimos tiempos la libertad o cárcel de políticos en investigaciones de la fiscalía.
El caso más importante en la agenda del Tribunal es la excarcelación de Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular y quien permanece detenida mientras se le investiga por presunto lavado de dinero de Odebrecht.
El Tribunal también decidirá pronto si un acuerdo de colaboración entre la fiscalía y Odebrecht _ que ha llevado a prisión a dos ex presidentes y decenas de políticos_ también puede incluir a varios parlamentarios cuyas identidades aún se desconocen y podrían ser descubiertas en las próximas semanas, cuando se realicen los de la fiscalía anticorrupción a ex gerentes de la constructora brasileña.
Vizcarra lanzó en julio de 2018 una cruzada anticorrupción que ha provocado el aumento del descrédito del Parlamento peruano, el cual ha protegido a jueces y políticos acusados de corrupción.