Felipe Arrigorriaga, Cristóbal Arancibia y Benjamín Moreno eran amigos de toda la vida a quienes les apasionaban las zapatillas. Para ellos, sin embargo, una preocupación no los dejaba tranquilos: ver cómo la importación de ropa y textiles destruía una a una las fábricas de moda nacionales.
Es por eso que hace un año y medio los tres jóvenes pusieron en marcha a Kruza, la primer fábrica chilena de zapatillas sustentables. «La industria de la moda es una de las diez más contaminantes del mundo, por su huella de carbono, el agua que usa y sus desechos. Por eso quisimos hacer un proyecto desde Chile, con un horizonte al mundo, pero rescatando el oficio», dice a Publimetro Arrigorriaga.
En su página web lucen 10 modelos de fabricación 100% nacional. A su vez, Kruza no utiliza una fábrica central, sino que se basan en un formato colaborativo en el que intervienen cuatro talleres locales.
A Arriagorriaga le preocupa que la llegada en masa de calzado asiático a precios bajos se convierta en el verdugo de los zapateros nacionales. Por eso apuntan a revitalizar el rubro, y siempre apostando a que la economía circular sea su elemento diferenciador.
El término sustentable se lo toman bastante en serio, no por nada sus modelos lucen los materiales más diversos: desde algodón y caucho de neumáticos reciclados, pasando por aprovechar las sobras de textil y cuero de sofás, hasta velas de barco y alas de parapente. «La gente escucha ‘hechas de material reciclado’ y piensa en algo artesanal, poco cuidado. Lo que nosotros proponemos es combatir el cambio climático pero con un producto bonito, bien hecho, que no le envidie nada a las grandes marcas», dice el socio fundador.
Kruza recién lleva un mes comercializando sus zapatillas, lo que no les ha impedido vender unos 50 pares a la fecha. Éstas se pueden encontrar físicamente en dos lugares: Espacio Guerrero del Drugstore de Providencia y Casa Clara de Vitacura. Además, tienen catálogo y venta online en www.kruza.eco.
«Definimos como empresa no trabajar con la lógica de colecciones. Lanzamos modelos y los vamos rediseñando según los materiales que empleamos para su fabricación. Son zapatillas que están en constante transformación», confiesa Arriagorriaga, agregando que en un futuro apuestan por expandirse a prendas y accesorios, además de llevar la marca chilena al extranjero.