Que las máquinas van a reemplazarnos ya no parece un argumento de una película de ciencia ficción o del nuevo estreno de Netflix, sino que una realidad cada vez más presente.
Así al menos lo deja claro un estudio que da cuenta que el impulso a la robótica vino del auge de los robots industriales para la automatización de los procesos de producción de artículos de consumo masivo.
De acuerdo al “Worldwide Semiannual Robotics Spending Guide”, presentado por la consultora IDC y que mide la implementación de los diversos tipos de robots en 20 industrias, resalta que el mercado de robots en América Latina cerró 2018 con un valor de US$1.040 millones, mientras que para este año se espera que dicho mercado llegue a los US$1.266 millones, con un crecimiento del 21% respecto al año anterior.
Los sectores donde están predominando el uso de estas máquinas son en ensamble, soldadura, mezclado, empaque de productos, inspección y embotellado. Mientras que en la agricultura, están siendo enfocados en el uso de la recolección de las frutas y verduras.
Pero ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a robots en cualquiera de estas áreas de la economía? “Uno se imagina el típico robot. Estamos hablando de máquinas que realizan trabajos de forma autónoma de manera fija o móvil, por ejemplo un brazo robótico para soldar o un vehículo autónomo para distribución en bodega”, explica Patricio Soto, gerente de Investigación IDC Chile.
Estas máquinas también están cumpliendo un rol en un sector tan estratégico para Chile como la minería. Allí “los robots pueden representar un papel muy importante para garantizar la seguridad de los seres humanos y, además, incrementar la eficiencia en actividades repetitivas”, resaltó Alejandro Floreán, vicepresidente de Consultoría para IDC Latinoamérica.
El impacto en el empleo
Pese a que no estamos hablando de robots, en el sector del comercio es donde se comienza a evidenciar el reemplazo de la tecnología por las personas de carne y hueso.
En esta área se está avanzando en asistentes virtuales, además de, por ejemplo, cajas de autoservicio en algunos comercios y tiendas, y según la Cámara de Comercio de Santiago, solo este año en el sector se perderían 35 mil empleos.
A nivel general en todas las áreas, si bien se señala que las personas reemplazadas por una máquina pueden ser capacitadas para cumplir otros roles, eso aún no genera una compensación.
“Puedes imaginarte una máquina que revise el control de calidad a través de visión artificial, por ejemplo, una máquina embotelladora donde tienes a tres personas”, pone como ejemplo Hernán Olmi, académico Facultad de Ingeniería, U.Central.
El docente explica que en un caso así, si antes se tenía a tres trabajadores a cargo de ese control, “ahora una sola máquina va a revisar (la calidad del producto) y esa máquina la va a tener que revisar una persona de vez en cuando, que le va a hacer mantención”, indica.
Al respecto, Soto señala que las empresas que están implementando robots están capacitando a los trabajadores para hacer reemplazos en otras áreas, “pero la tasa de reconversión aún es baja, de acuerdo a lo que hemos observado, esta es de entre un 10% y 20%, dependiendo de la calificación de los trabajadores”, apunta.